Compra de buque para ampliar límites continentales está en suspenso

El buque Orión ya sobrepasó su vida útil. Esa nave fue adquirida en 1980 y lleva en servicio 41 años. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Carnegie, del Coco y Colón. Los nombres pueden no resultar tan familiares para la mayoría de los ciudadanos. Pero esas tres cordilleras submarinas juegan un rol clave para los intereses del Estado ecuatoriano.
En el Plan de Creación de Oportunidades 2021-2025, presentado por el presidente Guillermo Lasso, se establecieron dos metas que se deben ejecutar en los límites marítimos.
Una de ellas, es avanzar en la definición del límite exterior de la plataforma continental, más allá de las 200 millas náuticas. Ahí cobran protagonismo las tres cordilleras submarinas, que rodean las Islas Galápagos.
El objetivo del Gobierno es pasar del 8,33% al 100% de definición. En el 2012, el Ecuador se adhirió a la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar). Por ello se desarrollan estudios técnicos que viabilicen la autorización de extender los límites marítimos.
La segunda meta, está a más de 10 400 kilómetros de distancia, en uno de los sitios más inhóspitos del planeta. La intención de Ecuador es incrementar su inserción estratégica en la Antártida, del 47% al 55%. Ambos objetivos, según la planificación presentada por Lasso, se deben completar hasta el 2025.
Para encaminar esas tareas, el anterior Ministro de Defensa, Fernando Donoso, autorizó que el Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada (Inocar) inicie el proceso contractual para adquirir un nuevo buque polar oceanográfico. El presupuesto para esta operación, según documentos de la entidad, ascendía a unos USD 67 millones.
Sin embargo, tras la renuncia de Donoso, el nuevo ministro de Defensa, Luis Hernández, anunció que se detendría el proceso, pues existen “otras prioridades”, sobre todo, en materia de seguridad.
¿Por qué se necesita un nuevo buque polar? El comandante Jhony Correa, director de Inocar, explicó en Radio Naval que el buque de investigación hidrográfica y oceanográfica Orión ya sobrepasó su vida útil. Esa nave fue adquirida en 1980 y según el oficial, se preveía que cumpla misiones durante 25 años, pero está en servicio ya 41.
Correa dijo que la primera misión de este potencial nuevo buque sería hacer trabajos de exploración y estudios en la cordillera de Colón, para que Ecuador pueda tener derechos soberanos sobre “160 000 km² de territorio de plataforma continental adicional”.
Este tema saltó al debate público, pues la extensión permitiría aumentar la protección en zonas donde hay migración de especies marinas, entre la zona exclusiva de Galápagos y la zona económica exclusiva de Ecuador continental.
En el 2018 el Gobierno del expresidente Lenín Moreno conformó el Comité de Límite Exterior de la Plataforma Continental Ecuatoriana (Clepce), presidido por la Cancillería. También lo integran el Ministerio de Defensa, Armada, entre otras entidades.
Desde su creación, hubo 12 reuniones ordinarias y 2 encuentros extraordinariaos. La próxima cita, está programada para el 11 de noviembre.
Este Comité debe elaborar la propuesta para extender el límite exterior. En diciembre del 2020, se hizo una presentación parcial a la Comisión de Naciones Unidas de Límites Continentales (CLPC).
Ese informe se elaboró de manera conjunta con Costa Rica y se mostraron los argumentos para justificar la extensión. La Cancillería respondió a este Diario que actualmente se trabaja “arduamente” para entregar a la CLPC, en los primeros meses del 2022, la segunda presentación parcial ecuatoriana, correspondiente al flanco sur de la cordillera de Carnegie.
“En los siguientes años se continuará realizando los estudios técnicos que permitan elaborar las presentaciones para extender el límite exterior de la plataforma Continental en las áreas correspondientes a la cordillera de Colón y al oeste de la cordillera del Coco”.
El director de Inocar esperaba que este 29 de octubre se presentasen las ofertas para adjudicar el contrato de construcción del nuevo buque polar de investigación. Se enviaron invitaciones a más de 30 astilleros.
El exdirector de Inteligencia, Mario Pazmiño, dice que la adquisición de un nuevo buque de exploración permitiría cumplir con los requisitos de la Convemar, en términos de realizar investigación científica. Esto posibilitaría, dice, tener un mayor control en la plataforma submarina. Si bien reconoce que en este momento hay otras prioridades de seguridad, aclara que en este tema “las cosas se hacen a destiempo”.
En el cronograma de la contratación, se preveía que la construcción del buque concluya a mediados del 2024. Según el actual ministro de Defensa, la decisión de poner en pausa el proceso “no quiere decir que está detenido para siempre, pero hay prioridades”.