Calles congestionadas, inseguridad por todas partes, espacios abiertos casi nulos, son las primeras imágenes proyectadas en el imaginario colectivo al hablar de ciudad. Paco Salazar y Jaime Izurieta, junto al cine Ocho y medio, organizaron la muestra ‘Cine de la ciudad’ para repensar este espacio colectivo desde otras miradas.
A través de siete documentales se exploraron los modelos de ciudad en la que vivimos y las posibles alternativas para mejorarla. Los temas de las películas que se proyectaron, entre las que estuvieron documentales como: ‘Metal y Melancolía’ de Heddy Honigmann (Perú), ‘A un dólar, a un dólar’, de María Aguilera Reche (Ecuador), ‘Construcción de una ciudad’ de Néstor Frenkel (Argentina), entre otras, ahondan en problemas sociales generados por las malas estrategias en la cimentación y distribución de la ciudad.
El objetivo de la muestra fue concienciar a las personas del eminente fracaso de los modelos actuales de ciudades y replantear nuevas formas de construcción de urbanidad. En palabras del arquitecto en recuperación Jaime Izurieta “tratamos de pensar la ciudad no como algo ya construido, sino con la idea de que las personas son quienes construyen la ciudad a diario, algo importante porque la arquitectura refleja la relaciones interpersonales entre ciudadanos”.
Este argumento es tratado en algunas de las películas que se proyectaron, siendo ‘Urbanized’ la más representativa. Un filme inglés que critica la idea de construir ciudades amuralladas, dando prioridad a la ultraseguridad antes que a la sociabilidad. Presenta ejemplos de ciudades casi obsoletas por sus construcciones arquitectónicas encementadas hasta la última teja, y propone soluciones básicas que se sintetizan en cosas tan simples como tirar esos muros, crear espacios abiertos y, consecuentemente, terminar con las ‘murallas mentales’ que se han ido forjando en los ciudadanos que impiden iniciar el cambio en las urbes.
En este sentido, el ingeniero y fotógrafo Paco Salazar argumenta que ” estas películas son esenciales para darnos cuenta que la ciudad se ha transformado en una suma de guetos encerrados detrás de paredes, para una supuesta lucha contra la inseguridad donde tenemos a unos iguales encerrados en un lado y a otros iguales en otro lado, y eso hace que se construya una urbe donde no se conoce la diversidad, donde se tiene miedo del otro”.
Sin ir muy lejos, Salazar plantea el ejemplo de Quito, donde, en los últimos 20 años se ha visto un cambio radical: empezando porque la gente se preocupa por la inseguridad y cada vez construye más paredes que la aísla, hasta la “limpieza social” que se trata de hacer en lugares como el Centro Histórico, reubicando a vendedores informales y reubicando a gente pobre en lugares alejados.
Esta práctica para Izurieta es decadente, “es el ejemplo del modelo de ciudad fracasado, el que incluso ha generado pobreza”. Ambos organizadores coinciden en que, al empujar a la gente pobre a las periferias de la ciudad no se soluciona ningún problema; más bien se genera más pobreza pues el gasto en transporte que debe hacer esa familia pobre es contundente para su economía.
En lugar de estas prácticas, comenta Salazar “se debe invertir en comprar espacios ubicados dentro de la ciudad, acercando a esa gente vulnerable al centro económico, incluyéndoles dentro de la urbe, haciéndolos parte de la sociedad que construimos”.
Sin embargo, como se vio en las películas, no solo los pobres son los afectados por ese modelo de ciudad, la gente con mejores posibilidades económicas también se ve afectada cuando en lugar de construir un parque abierto, se construyen centros comerciales.
Diversa, compacta, ‘caminable’, son características de un prototipo de ciudad ideal según estos documentales. El generar espacio público es el factor esencial para que una urbe cumpla con estas características, lo que implicaría bajar los muros de las casas, edificios y otras instituciones.
Pero ¿cómo hacer que las personas acepten estos cambios? Es una incógnita que los filmes responden con propuestas para mejorar la seguridad a partir del cambio de mentalidad de los ciudadanos. Porque actualmente, sobre todo en países latinoamericanos, se vive en una sociedad gobernada por el miedo, el miedo de lo que pueda pasar, el miedo hacia lo diferente. Esta crítica se ve ironizada en el filme brasileño ‘Violencia S.A’, donde los habitantes de Sao Paulo se dan modos para combatir la obsesión por cuidarse de la ‘violencia’.
Esa es la lógica que tiene el hecho de crear más espacios públicos: reunir a la gente en lugares que permitan la convivencia, el redescubrimiento del otro. Por tal motivo, Izurieta cuestiona el modelo actual de ciudad y propone utilizar formas sencillas para replantear el modelo de urbe “cambiando la mentalidad de la gente mediante el urbanismo táctico, que son intervenciones rápidas, económicas y fáciles de retirar”. Intervenciones que se han hecho en ciudades como Melbourne, Moscú, Nueva York, Londres, poniendo macetas con plantas y sillas movibles en lugares desocupados dentro de la ciudad. El resultado en las metrópolis mencionadas fue inmediato, la gente se reunió en ellos y empezó a interactuar. Y como dice Izurieta “son intervenciones tan pequeñas que si no funcionan, no se pierde nada, quitas las plantas y las pones en otro lugar”.
Obviamente siempre hay que iniciar, por eso, a través del cine documental, se quiso mostrar lo que estamos haciendo con nuestras ciudades, y el cambio que las podemos dar. Este tipo de cine, dice Salazar “es uno de los espacios mediáticos claves para las transformaciones culturales, y si es que no se usan estos espacios como lo que son: generadores de socialización, pensamiento, diversidad; se los está mal usando”.
Jaime Izurieta. Urbanista y arquitecto especializado en recuperación. Combina su trabajo de urbanista con el de docente en la Universidad de las Américas. En la muestra ‘Cine de la ciudad’ estuvo a cargo de la curaduría de las películas proyectadas.
Paco Salazar. Ingeniero y fotógrafo, ha realizado cursos de curaduría del arte, historia de la arquitectura, fotografía latinoamericana e inserción del arte en la esfera pública. Desde 1990 trabaja en la promoción de la cultura y entre 2009 y 2010 fue Viceministro de Cultura.