Los precios de la gasolina nacional son actualmente similares a los precios internacionales por la caída del petróleo. Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO
La caída vertiginosa del precio del petróleo no significa necesariamente malas noticias para el Estado ecuatoriano. Los costos de los combustibles también han caído y por lo tanto el subsidio para gasolinas, diésel y gas doméstico (GLP).
Por eso el Banco Mundial y un grupo de analistas considera que este es el mejor momento para sincerar los precios de los derivados de petróleo, dejar atrás los subsidios generalizados, que históricamente han afectado las finanzas públicas.
Durante el 2014, el Estado gastó USD 6 114 millones en importar derivados de petróleo, de los cuales únicamente recibió USD 2 207 millones por su venta, según datos del Banco Central.
Debido a que los precios del combustible están congelados, el Estado ha subsidiado a la población, sobre todo a la de mayores ingresos, con cerca de USD 4 000 millones, sin tomar en cuenta el contrabando que se fuga por fronteras hacia Colombia y Perú.
El monto que destinó el Gobierno en subsidios el año pasado representa casi el doble del costo de la central Coca-Codo Sinclair, que será la mayor hidroeléctrica en el territorio a partir del 2016, cuando se prevé que entre en operación.
Con la baja del precio del crudo desde julio del 2014, la brecha entre los precios internacionales de las gasolinas y el precio de venta interna se ha venido cerrando cada vez más.
De hecho, pocos centavos separan actualmente ambos precios. De acuerdo con la lista de precios de venta en las terminales de Petroecuador a las comercializadoras -que rige del 5 al 11 de marzo- el precio internacional de la gasolina súper se ubica en USD 2,16.
Es decir, se encuentra a seis centavos del promedio del precio del galón de gasolina súper en las gasolineras locales, que es de USD 2,10 según la Cámara Nacional de Distribuidores de Derivados de Petróleo.
En el caso de la gasolina extra, el precio internacional reportado por Petroecuador es de USD 1,95, unos 0,47 más que el precio con subsidio.
El precio de las gasolinas, básicamente de la súper en el Ecuador se compara con los promedios de Estados Unidos.
En el caso del diésel y el gas doméstico la diferencia entre el precio subsidiado y el precio internacional es un poco mayor pero continúa siendo menor si se compara con los precios de años pasados.
Por ejemplo, la gasolina regular se vendía en Estados Unidos por sobre los USD 3,50 el galón, en marzo del 2014 mientras que el diésel pasaba de los 4.
El gerente de Petroecuador, Marco Calvopiña, sostuvo que la brecha de precios se ha cerrado casi totalmente si no se toman en cuenta los costos de comercialización.
“Estamos comprando a precios más baratos, más o menos similares a los que vendemos al público, aunque a ese costo se deben sumar costos de transporte, distribución y comercialización”, indicó el funcionario la semana pasada.
Por ejemplo, en cuanto al GLP, el país está importando la tonelada a USD 500 cuando en meses pasados se compraba a un valor de USD 800.
¿Es un buen tiempo para levantar los subsidios? Calvopiña dijo que esa es una medida de política económica que no le corresponde a Petroecuador.
Respecto a este punto, el Gobierno ha manifestado que con el programa de cocinas de inducción, el subsidio al gas terminará en el 2018, pero no ha habido anuncios respecto a la gasolina o el diésel.
Para el Banco Mundial, este es el momento justo para revisar los subsidios.
“Dado que el petróleo probablemente permanezca barato por algún tiempo, los países importadores deberían reducir o incluso eliminar los subsidios al combustible”, aseguró Kaushik Basu, economista jefe del organismo a principios de enero pasado cuando el barril de crudo bajó de USD 50.
Esta condición no ha variado en los últimos dos meses.
Para el secretario del Observatorio de la Política Fiscal, Jaime Carrera, es el momento justo para revisar los subsidios porque al estar tan cerca los precios de los combustibles internos con los internacionales, el impacto de retirarlos sería mínimo en la población y el efecto inflacionario tampoco sería mayor.
El consultor en temas petroleros, Boris Abad, añadió que la revisión de subsidios atenuaría el déficit fiscal, liberaría recursos para programas sociales y disminuiría el desperdicio de combustibles en el país.
Indicó que el subsidio anual de combustibles a en el mundo es de USD 800 000 millones y se da principalmente en países productores de petróleo.