Los líderes de las principales potencias industrializadas del mundo se volvieron ayer, 2 de marzo, contra Rusia. Además, condenaron su “clara” violación de la soberanía de Ucrania al ordenar una movilización militar a ese país.
Simbólicamente autodenominándose como “G-7”, los dirigentes dijeron en una nota que las acciones de Rusia no eran compatibles con las del Grupo de los Ocho países (G-8), al cual Moscú se unió en 1997. También advirtieron que no participarán en las conversaciones preparatorias para la Cumbre del G-8 de junio, que se debe celebrar en la ciudad rusa de Sochi.
La declaración fue firmada por los líderes de Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, EE.UU. y los presidentes del Consejo Europeo y de la Comisión Europea, según el comunicado que fue divulgado ayer por la Casa Blanca.
Los firmantes dijeron que se unieron para condenar la “clara violación de la soberanía y la integridad territorial de Ucrania por parte de la Federación Rusa, en contravención de las obligaciones de Rusia con la Carta de la ONU y su acuerdo de 1997 con Ucrania”.
La declaración salió a la luz luego de que el presidente ruso, Vladimir Putin, aceptara la formación de “un grupo de contacto” para “iniciar un diálogo político” sobre la crisis en Ucrania. Una propuesta en ese sentido fue lanzada por la canciller alemana, Ángela Merkel.
Por su lado, la Organización del Atlántico Norte (OTAN) pidió ayer en Bruselas el despliegue de observadores internacionales en Ucrania para resolver la crisis pacíficamente, y exhortó a Rusia a retirar sus tropas, al mismo tiempo que mantuvo abierta la puerta al diálogo con Moscú.
Los pronunciamientos del G-7 y de la OTAN se dieron después de que medios rusos informaran ayer que soldados ucranianos se han pasado en masa a las filas prorrusas.
En paralelo, en las calles de Simferópol, capital de la República autónoma de Crimea, marchan tropas cuya procedencia nadie conoce. Los uniformados están bien equipados y en sus vestimentas no se ven distintivos de ninguna nación.
Pequeños grupos armados con uniformes de camuflaje nuevos y con casco patrullan, con armas de fuego automáticas, ante edificios de importancia estratégica de la ciudad.
A esas fuerzas se han sumado las milicias, que también recorren las calles en camiones militares de fabricación rusa.
‘Es una alerta roja’
Ucrania, país que tiene cuatro centrales nucleares activas, con 15 reactores, anunció ayer la movilización de sus reservistas, tras la “declaración de guerra” de Rusia, en momentos en que las potencias occidentales buscaban una salida al conflicto con Moscú.
“Si el presidente (ruso Vladimir) Putin quiere ser el gobernante que empezó una guerra entre dos países vecinos y amigos, está a punto de lograr su objetivo. Estamos al borde del desastre”, dijo el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk. “Es una alerta roja. No es una amenaza, es de hecho una declaración de guerra a mi país. Por eso exigimos al presidente Putin la retirada de sus Fuerzas Armadas” y a acogerse “a las obligaciones internacionales” y a los acuerdos entre países.
En Kiev, unas 50 000 personas se manifestaron el domingo en Maidan, la plaza de la Independencia. “No nos rendiremos”, gritaban los manifestantes dirigiéndose a Rusia.
El Parlamento ucraniano se reunió ayer en una sesión extraordinaria a puerta cerrada para abordar las medidas a tomar. Lo hizo después de que el sábado, a petición de Putin, el Senado ruso autorizara el recurso a las Fuerzas Armadas en territorio ucraniano, indicó un diputado. Además, el presidente interino de Ucrania, Olexandre Turchinov, puso en estado de alerta a las Fuerzas Armadas de su país, a las que muchos consideran mal equipadas y con escaso financiamiento.
Ante esto, Yatseniuk instó a la comunidad internacional a que apoye a preservar “la integridad territorial” de Ucrania.
Crimea exhibe una historia convulsa
Crimea es una República autónoma ucraniana, de 27 000 km2 y dos millones de habitantes, en su mayoría rusohablantes.
La tensión se incrementó desde la destitución, la semana pasada, del presidente ucraniano Víktor Yanukóvich, aliado de Moscú.
En Simferópol, hombres armados prorrusos tomaron el jueves pasado el control de edificios gubernamentales.
Rusia transfirió Crimea a Ucrania en 1954, cuando las dos Repúblicas formaban parte de la Unión Soviética gobernada por Nikita Jrushchov.
Kiev la conservó bajo su soberanía hasta que Ucrania se independizó en 1991. La flota rusa del Mar Negro siguió en el puerto de Sebastópol.
En 2010, se acordó prolongar esa presencia hasta el 2042, a cambio de una reducción del 30% en el precio del gas ruso.
La historia de Crimea está marcada por invasiones y ocupaciones. Los tártaros la ocuparon en el año 1239.
En 1475 fue conquistada por el Imperio Otomano y en 1783 se la integró al Imperio Ruso.
Está compuesta por rusos (59%), ucranianos (24%) y tártaros (12%), una comunidad musulmana. Estos fueron deportados a Siberia, en 1917. Regresaron luego de 1991.
LAS FRASES:
“Rusia tiene derecho a proteger sus intereses y a los rusohablantes”. Vladimir Putin
“Hay que favorecer el diálogo de las partes”. Papa Francisco
“Rusia debe entender que vamos en serio”. John Kerry
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