Obra Multipropósito Chone. Foto: EL COMERCIO
La llegada de un fenómeno de El Niño que proyecta fuertes precipitaciones mantiene activadas las alertas, especialmente en el sector agrícola de la cuenca baja del Litoral.
El recuerdo de los destrozos y pérdidas que dejaron los eventos climáticos 1982-1983 y 1997-1998 crea incertidumbre en poblados costeros.
Los pronósticos apuntan a que las lluvias se presentarían en la Costa entre noviembre y diciembre. Para entonces, finales del 2015, el Gobierno prevé haber terminado la construcción de tres de sus cuatro megaproyectos de control de inundaciones: Chone, Cañar y Naranjal.
Durante la última visita a dichas obras, Raúl Sánchez, gerente de la Empresa Pública del Agua, explicó al presidente Rafael Correa que, pese a que los proyectos estarán listos para ser inaugurados en diciembre próximo, ya a fines de octubre podrán operar, de presentarse un El Niño de gran intensidad.
Carlos Bernal, secretario nacional del Agua (Senagua), dijo que la planificación de las obras se hizo de tal manera que había que cuidar la inversión frente a cualquier estrago de la naturaleza. “Por eso estamos previendo que para fines de octubre podamos recibir ya los primeros embates de El Niño sin que se afecten las obras”.
El cuarto proyecto que complementa el plan de control de inundaciones es el Bulubulu, inaugurado en abril pasado. Antes ya evitó tres inundaciones de grandes proporciones.
Entre las localidades de Guayas y Cañar ya protegidas están Cochancay, Voluntad de Dios, La Troncal, El Triunfo, Las Maravillas, Jesús María, San Carlos y Manuel de J. Calle.
Y si bien su objetivo es el riego, los trasvases Chongón-San Vicente y Daule-Vinces también pueden, en su momento, ayudar a mitigar inundaciones.
En el caso del primero, forma parte de un sistema de presas que pueden laminar las avenidas que se presenten producto de una fuerte creciente. Es decir, al tener un embalse puede regular el agua.
Del mismo modo, el proyecto Dauvin, que tampoco es para control de inundaciones, permite hacer una mitigación con sus 30,6 km de canales principales con incidencia en 11 cantones de Guayas y Los Ríos.
La obra del Multipropósito Chone registra un avance del 93% y, desde el año pasado, ya ha mitigado seis posibles inundaciones por el desbordamiento del río Grande. En el caso de Bulubulu, Cañar y Naranjal se articulan al proyecto de la Cuenca Baja del Guayas, que entró en funcionamiento en 1997, poco antes de El Niño de ese año.
Luis León, cacaotero de la comuna Trovador, en Puerto Inca (Naranjal), evalúa que estos proyectos, incluso antes de ser terminados, ya han traído beneficios. En los dos últimos inviernos, el estero Estrella -que antes anegaba las plantaciones- no ha dado dolores de cabeza a los agricultores.
Según Bernal, la suma de los proyectos Bulubulu, Cañar, Naranjal, Multipropósito Chone, Chongón-San Vicente y Dauvin tiene un alcance de beneficiarios de 540 000 habitantes y 141 000 hectáreas que se favorecerán por el factor de mitigación de inundaciones.
Los proyectos bordean una inversión de USD 1 100 millones, “haciendo una diferenciación de lo que es obra y proyecto. Al valor de la obra civil hay que sumar fiscalización, manejo ambiental y otros rubros de. Al ser parte de un plan anual de inversiones, el financiamiento está asegurado”.
Se ha invertido en los sitios históricamente devastados por las inundaciones en época de El Niño o en inviernos fuertes. El Secretario del Agua explicó que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ha determinado que, en estas zonas, por cada dólar invertido el país deja de gastar USD 9,5 por posibles impactos por este evento natural.
Las obras además protegen infraestructura estatal como vías, sistema interconectado, hidroeléctricas, hospitales…
De acuerdo con el Plan Nacional de Recursos Hídricos, el Ecuador proyecta inversiones al año 2035 de unos USD 27 000 millones, de los cuales USD 7 000 millones serán para el control de inundaciones.