La foto que circula en todo el mundo: el documento de Mohamed Lahouaiej Bouhlel. Foto: Infobae
Un pariente de la ex mujer de Mohamed Lahouaiej Bouhlel reveló que el responsable de las 84 muertes consumía drogas. “No era musulmán, nunca rezó ni fue a una mezquita”, sostuvo. La madre de sus hijos fue arrestada.
“Él no era musulmán. Era un pedazo de m…”, dijo el primo de la ex mujer de Mohamed Lahouaiej Bouhlel, el hombre que mató al menos a 84 personas e hirió de gravedad a 50 ayer, jueves 24 de julio del 2016 en Niza, Francia.
El familiar político del asesino afirmó que Bouhlel era consumidor de drogas y golpeaba a su esposa. También aseguró que “nunca rezó ni fue a una mezquita”.
En diálogo con DailyMail, el primo de la ex mujer del atacante dijo que este “bebía alcohol, comía carne de cerdo y tomaba drogas”, todos comportamientos prohibidos por el Islam.
Hay rumores que indican que perdió su trabajo como conductor de camiones cuando se quedó dormido al volante y chocó contra cuatro vehículos. También estuvo involucrado en una pelea en un bar. Esos dos incidentes hicieron que la Policía lo tenga bajo órbita desde enero.
Además, tenía una denuncia por violencia de género desde hacía dos años. Las agresiones hacia su mujer provocaron el divorcio.
En las primeras horas del viernes, la Policía revisó el domicilio del atacante. Los oficiales -fuertemente armados- ingresaron a la propiedad alrededor de las 9:30 am, en búsqueda de datos y pruebas que pudieran dar alguna pista sobre qué alentó al hombre de origen tunecino a provocar semejante masacre.
Luego del tiroteo que terminó con la vida de Bouhlel, los policías hallaron un documento en el interior del camión que llevó a los investigadores hasta la vivienda del sospechoso.
Durante las pesquisas, los agentes interrogaron a una decena de vecinos, quienes le dieron un perfil del terrorista. Lo describieron como un hombre “silencioso” y “solitario”, según reportó el diario Nice Matin. En su espacio de aparcamiento se encontraba una furgoneta con la que se presume trabajaba, y una bicicleta.
Una familia que vivía en un piso superior al suyo indicó a la Policía que Bouhlel no hablaba con nadie y rara vez devolvía un saludo. Otra mujer, en cambio, se quejó de que el hombre “miraba a sus hijas”.