Rendiré mi cuarto examen para acceder a un cupo de Medicina, este miércoles 24 de marzo del 2021': Jimmy

A los 18 años se graduó y soñaba con estudiar Medicina en la universidad. Tiene 24 y hoy intentará otra vez obtener un cupo. Foto: Diego Pallero/ El Comercio

A los 18 años, Jimmy Viñamagua, se graduó de bachiller y soñaba con estudiar Medicina en la universidad. Tiene 24 y hoy, miércoles 24 de marzo del 2021, intentará otra vez obtener un cupo, al rendir el Examen de Acceso a la Educación Superior (EAES). Este es su testimonio:
‘Cuando tenía 13 años decidí que quería estudiar medicina para ayudar. Entonces no pensaba que sería complicado. Me veía ingresando a la universidad, recién graduado de bachiller. Pero la realidad fue otra. Cuando empecé a prepararme en un preuniversitario vi que era más difícil.
Estudié en el Colegio Mejía, salí con un promedio de 8,3, en el 2015, a los 18 años. Rendí el antiguo Ser Bachiller dos veces y luego el Examen Nacional para la Educación Superior (ENES), que entonces servía para el acceso a la universidad.
Saqué 815 sobre 1 000. Con ese puntaje preferí no postular para medicina porque no me alcanzaba. Se llegaba con más de 900. Entre las cinco opciones que hay que ubicar elegí Química, Radiología y Odontología en las universidades Central (UCE), Técnica de Manabí y de Cuenca.
Me dieron cupo para Química y decidí aceptarlo en la UCE; me dijeron que luego podría cambiarme de carrera.
Pasé la nivelación y cuando traté de hacer el traslado, me lo negaron, así que me retiré. No era la carrera que quería.
Volví a dar el Ser Bachiller en el 2017, cuando se unificaron las evaluaciones para graduarse y para entrar a la universidad. Obtuve 892 sobre
1 000, tampoco era suficiente para Medicina, así que postulé a carreras relacionadas: Odontología y Enfermería, pero en Cuenca y Manabí, entre otras universidades habilitadas.
Y como última opción elegí Tecnología en redes en la Politécnica de Quito. Eso lo hice por complacer a mi familia.
Mi sorpresa fue que obtuve cupo para eso. No era lo que yo ansiaba, pero entré, al igual que lo hacen muchos jóvenes, para no quedarme sin nada. Aunque no era lo que soñaba. Aprobé la nivelación y el primer semestre, pero finalmente mis padres se dieron cuenta de que no era para mí.
Me respaldaron para que buscara opciones para estudiar lo que me gusta, en la medida de sus posibilidades. En el 2019 me inscribí, con su ayuda, en un instituto particular para seguir tecnología en enfermería y ya estoy por graduarme.
Cuando estudiaba química siempre ayudaba a otros compañeros. También en la Politécnica, cuando entré a primer semestre, daba clases de matemáticas, física y geometría.
Mientras, además entregaba volantes, hacía cualquier actividad que me permitiera colaborar con mis padres. No era mucho lo que ganaba, pero al menos tenía para mis pasajes y para comer en la universidad.
A veces siento que perdí mi tiempo, que si tenía pensado seguir una carrera debí enfocarme en eso y no haber aceptado esos dos cupos. Cuando me retiré, pasé en la casa.
Ahora que estudio lo que me gusta me siento contento. Ya voy a sacar mi título técnico. Pero siempre he querido más.
En el segundo semestre del 2020, mientras ya cursaba el cuarto semestre en el instituto, intenté por tercera vez acceder a la carrera de mis sueños.
Di el Examen de Acceso a la Educación Superior (EAES) en línea. Postulé con 862 puntos en Medicina, Enfermería y Odontología, en Manabí, Riobamba y Cuenca y como última opción en Pichincha, ya que esas plazas son muy buscadas. Tampoco obtuve cupo.
Pasan los años, ya cumplí 24. He crecido y he ratificado que lo mío son las carreras de la salud. En eso quiero trabajar. Por ello decidí seguir intentando entrar a la universidad.
No he dejado de prepararme para obtener el mayor puntaje posible en este nuevo examen. Ansío alcanzar lo que siempre he deseado desde que me gradué: un cupo en Medicina. Si no se puede optaría por Enfermería, Odontología o Radiología.
En mis prácticas del instituto he trabajado en hospitales y clínicas. De forma voluntaria hago más horas de las que requiero para graduarme. Se siente tan bien trabajar con pacientes, atenderlos.
Si no puedo estudiar en una universidad de Pichincha estoy dispuesto a irme a otra provincia e incluso a trabajar para continuar con mis estudios. Si es que sigo sin suerte volveré a intentar dar el examen por quinta vez. Quizá en el camino se abran las puertas de alguna beca en una ‘U’ particular.
Me gradué de bachiller ya hace cinco años, así que estoy revisando toda la materia.
No creo que deban eliminar este examen, pero sí reformularlo en función de las carreras. Mis fortalezas son biología, anatomía y ciencias naturales, pero mis debilidades están en las ciencias sociales”.
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