Tras una evacuación preventiva de la Terminal Terrestre de Guayaquil, se normalizó la atención y se normalizaron las actividades. Los pasajeros y usuarios ingresaron al edificio a las 19:20. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
Los pasillos de la Terminal Terrestre de Guayaquil volvieron a llenarse de pasajeros. Cerca de las 19:30 de este domingo 22 de mayo del 2016, la estación más grande de la ciudad retomó su ritmo normal tras descartarse una amenaza de bomba.
El anuncio generó alarma entre los usuarios, quienes fueron evacuados por el Grupo de Intervención y Rescate (GIR), de la Policía Nacional; y por personal del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil.
El sistema de llamadas del ECU 911 recibió la alerta. Una persona habría advertido que existía una supuesto artefacto explosivo en uno de los baños de la terminal, lo cual generó la evacuación del edificio, cerca de las 17:44.
Los buses que retornaban a la ciudad no entraron por casi una hora. Algunos pasajeros tuvieron que desembarcar en las avenidas cercanas, como la Benjamín Rosales y la autopista Narcisa de Jesús. Esto causó un intenso tráfico vehicular en los alrededores.
El domingo es uno de los días más de mayor movimiento en la Terminal Terrestre de Guayaquil (puede superar los 60 000 pasajeros), debido a que varias personas viajan desde y hacia la ciudad para empezar una nueva semana de actividades. Esta noche, muchos esperaron en las aceras aledañas, sentados sobre sus maletas.
La estación cuenta con 33 cooperativas de transporte, intercantonales e interprovinciales. Además, en su interior funcionan 126 locales comerciales. Los propietarios de los negocios y los operadores de las boleterías fueron los primeros en ingresar, una vez que se suspendió la alerta.