El juego tradicional del palo encebado acoge a cientos de niños en los barrios de la ciudad de Esmeraldas como forma de celebración. Foto: EL COMERCIO
1 ¡Hola! soy el Año Viejo, de conocido renombre, dos mil quince es mi nombre con pátina en el pellejo. De este planeta me alejo, me voy, ya paso cantando y unos legados dejando a mis deudos ciudadanos, entre estos a unos fulanos que han dado fauleando.
2 En la zona de candela el faul en las rodillas me hace cimbrar las costillas y el rostro me desconsuela. Mi pronóstico revela en la cancha un desbalance, lo cual hace que me lance directamente al vacío, dejándole al pueblo mío un inestable romance.
3 Por eso en este momento voy a iniciar el reparto casi al borde del infarto y confiscado el aliento. Empiezo mi testamento donde entrego al por mayor palos de ciego ¡ay, Señor! está en peligro mi herencia ante tanta delincuencia que ataca a mi alrededor.
4 Se me roban el balón de la misma media cancha la Conmebol me lo arrancha cual cualquier vulgar ladrón. Le tiran leña al fogón en vez de apagar la hoguera y salta pus en la esfera de la escena deportiva, y el escándalo se aviva con la FIFA hecha tronera.
5 Dejo fuera de mi armario unas prendas cariñosas, grilletes y las esposas con vergonzante prontuario. Pero si es necesario le agrego al caso una soga para que la ley acoja en carcelario aposento a los del show fraudulento, a Blatter y Chiriboga.
6 La canoa se me moja con las arcas casi en cero y con tremendo aguacero se acrecienta mi congoja. Y sin tener quien me acoja ante la ola gigante me he convertido en migrante sin pernil y sin caleta, con una crucial silueta sobre un triste rocinante.
7 Sintéticamente testo con dolor en las espaldas viendo como mi Esmeraldas pasa también el arresto. Sin la majaja me acuesto y despierto allá en Tachina sin agua y con la vecina pidiendo que yo le dé una tasita de fe de esta herencia cantarina.
8 Viejo, no seas patán me dice al disimulo quien me patea el adulo y me trata de haragán. Ponle arte, ponle afán, sacúdete ya profeta y deja la cantaleta, tanta lata y tanto hipo dale de filo al político que se juega con la arepa.
9 Se me encrespan tantas gentes que la masa popular que ya me quieren quemar con exigencias urgentes. Herederos prominentes me azuzan en esta puja, y hasta mi suegra la bruja se me ha vuelto cariñosa, salta como chancha en posa y el bolsillo me lo estruja.
10 Vengan a mi baratillo que yo a la cuenta de tres al derecho y al revés les comparto hasta el capillo. Sin embargo a tanto pillo de una baja condición le dejo una maldición por la ruinosa actitud al darle a la juventud la absurda drogadicción.
11 Dejo toda mi censura a mi rechazo total a la industria criminal que causa la calentura. Me voy a la sepultura no solamente quebrado, me alejo contaminado con el ozono en la ruina que trastoca todo el clima, en un ambiente enredado.
12 Ay, de miedo hasta me veo metido en trinchera mustia y padeciendo la angustia tras un cortinaje feo. La tragedia que sorteo por todas partes me aterra, dicen que es tercera guerra que es como decir lo mismo, acerca del terrorismo que al ser humano destierra.
13 Para toda esta jauría demencial y guerrerista dejo mi punto de vista contra toda hipocresía. Bombardean todo el día, matan a gente inocente, y de manera indecente sonríen en las reuniones las potenciales naciones en un festín maloliente.
14 Me oriné lo pantalones, sufro ya de incontinencia y me han dictado sentencia en medio de conmociones. Peino pronto calavera, es decir se me termina el discurso y se avecina la huesuda mi rival y en esta parte final le hago un préstamo a la China.
15 Y futbolísticamente me voy sin una derrota y un primer lugar que anota el palmarés excelente. Dejó al pueblo alegremente celebrando esta gran gloria del fútbol haciendo historia lo cual concita emoción cuando nuestra Selección se hizo de invicta victoria.