Entrevista a Vakhtang Makharoblishvili, Vicecanciller de Georgia. Foto: Santiago Estrella / EL COMERCIO
De Georgia poco se conoce, aunque es un país con el que Ecuador mantiene 21 años de relaciones diplomáticas. Es un país de cultura milenaria, en donde ocurrió el mito del Vellocino de Oro, Jasón y los Argonautas. Es una república que ha desde su independencia de la URSS, en 1991, ha buscado ingresar a la UE. Su vicecanciller, Vakhtang Makharoblishvili, llegó a Quito para una serie de reuniones de alto nivel para fortalecer la relación bilateral con Ecuador.
¿Qué dejará esta visita de un país poco conocido como Georgia?
Lamentablemente, para muchos ecuatorianos Georgia sigue siendo un país desconocido a pesar de que tenemos relaciones diplomáticas desde hace 21 años, aunque las más activas comenzaron en el 2010. Una de la metas de esta visita es que estas relaciones y la dinámica que existe a nivel de gobiernos puedan traducirse en el contacto de pueblo a pueblo en educación, cultura y otros ámbitos.
Se trata de un país milenario que ha tenido que resistir a varios imperios. ¿Cuánto le ha servido para que Georgia sea lo que es?
La cultura jugó un papel muy importante en la creación de nuestra nación. Fuimos uno de los primeros países cristianos del mundo a partir del siglo IV (337). Tenemos nuestra propia escritura, que es uno de los 14 del mundo y patrimonio de la humanidad para la Unesco. Todas las batallas contra los imperios para mantener nuestra identidad se basa en nuestro idioma y nuestra religión. Nos quitaron muchísimas veces nuestra independencia, intentaron quitarnos el idioma, pero siempre pudimos resurgir. El 9 de abril celebramos el 30 aniversario de cuando los georgianos salieron a la calle contra el imperio soviético exigiendo la independencia. La respuesta soviética fue enviar tanques y mataron a 21 personas. A la vez era el comienzo de una nueva Georgia independiente. Casi todos los imperios que existieron pasaron por Georgia,pero hemos mantenido la fe y el idioma.
Rusia sigue teniendo intereses y apoya las proclamas independentistas.
A pesar de que pasaron 27 años de que Georgia es un país independiente, Rusia, heredera de la URSS, no deja de cambiar las reglas del juego. Incitó las guerras en el 2008 en las regiones georgianas de Osetia del Sur y Abjasia, que está bajo su ocupación. Sus proclamas no fueron reconocidas por la comunidad internacional, sino por sus aliados (Venezuela, Nicaragua, Siria y la isla de Nauru).
¿Hay más acciones?
En los 90, Rusia empezó a utilizar la denominada “guerra híbrida”. Vetaban el ingreso del gas, el petróleo, el vino georgiano. Impusieron visas a partir del año 2 000. Hemos dado pasos unilaterales, como apoyar el ingreso de Rusia a la OMC como muestra de buena voluntad. También hemos declarado en altos tribunales de la ONU de no utilizar la fuerza para establecer la soberanía en esos territorios. Rusia nunca asumió la misma responsabilidad.
¿Y Ecuador?
Estamos agradecidos con Ecuador que no reconoció esas regiones y por apoyar la integridad territorial de Georgia.
China, la UE, la OTAN también tienen intereses.
Nuestra vocación geopolítica es una ventaja, pero también puede ser lo contrario porque hay muchos actores con intereses en Georgia. Nosotros tenemos nuestra meta: volver a la familia europea, ser miembro pleno de la UE (somos miembros asociados) porque nos sentimos parte de Europa por razones históricas. Por eso buscamos fortalecer las instituciones democráticas, el sistema económico basado en el mercado, la supremacía de la ley y los derechos humanos.
¿Por qué apoyaron a Juan Guaidó?
El país fue consecuente. No reconoció las elecciones que ganó Nicolás Maduro porque no correspondían a los estándares de elecciones libres y democráticas. Siempre condenamos al Gobierno y lo que estaba haciendo. El único organismo reconocido es la Asamblea Nacional. Es resultado de nuestra política exterior.