Entrevista a Carlos Marx Carrasco, actual ministro de Relaciones Laborables. Foto: Jenny Navarro / EL COMERCIO
Entrevista a Carlos Marx Carrasco, actual ministro de Relaciones laborales, sobre la consolidación del socialismo del siglo XXI en el país.
¿Qué es ser de izquierda?
Es creer en la necesidad de la transformación de las estructuras económicas, políticas, sociales, y desde luego cambiar el statu quo. El que lo quiere mantener y eventualmente profundizarlo es de derecha; quien cree en la necesidad en transformación en función de la justicia social es izquierda.
¿El socialismo también se convierte en statu quo?
Si se logra la consolidación de la justicia social, los que somos de izquierda nos volveremos conservadores, pero para conservar la paz y la justicia social. Pero estamos en pañales aún.
Frente a eso se presentarán los nuevos procesos transformadores, si no, no habría dialéctica…
La transformación implica cambios a favor del colectivo y no de grupos o de personas. En este proceso de transformación existe una nostalgia neoliberal que propicia cualquier acción para volver al pasado. Lo que me preocupa es que venga acompañada de violencia.
Siempre repiten “la larga noche neoliberal”. ¿No hay algo nuevo para decir?
No hemos comunicado con eficacia…
¿Comunicado? Si tiene todo el aparato publicitario…
Publicidad no es lo mismo que comunicar…
Pero la Secom, la Presidencia, los discursos repetitivos…
El pueblo no está debidamente informado de todo lo que se ha hecho. No creo que sea repetitivo el discurso del Presidente. Yo creo que los principios del socialismo se conservan, pero estamos avanzado en la construcción del socialismo del siglo XXI.
¿Es posible que el neoliberalismo vuelva?
Igual que señalar que todo el tiempo pasado fue mejor.
Eso es melancolía, no necesariamente el análisis de los procesos históricos…
No creo en la linealidad de la historia. La dialéctica no es lineal, sino que está acompañada de fuerzas centrífugas y centrípetas. La comuna de París es la experiencia más rica de la historia; el proletariado tomó el poder, pero duró poco y la historia volvió atrás. Decían que pasará mucho tiempo para que retorne el socialismo.
¿Y con que retornó el socialismo?
Lo que pretende cultivar la izquierda es la moral única, no la doble moral. La hegemonía cultural del discurso pretende posicionar, por ejemplo, que la tributación empobrece.
¿No es el Gobierno el que impone su discurso?
En este momento se confrontan dos discursos: el de la transformación, que es de Gobierno, y el de los poderes fácticos, que lidera Guillermo Lasso, quien lleva adelante la campaña en contra de la tributación.
¿Y qué pasa con el doble discurso del Yasuní o el que antes no creían en la reelección y ahora sí?
Sobre el Yasuní: una vez que la propuesta del Gobierno no caló a escala internacional, se dejó en evidencia la doble moral del norte.
Entonces, ¿cuál sería la alternativa ?
Necesitamos consolidar la acumulación originaria del socialismo, así como el capitalismo, con matices, tuvo que pasar de la acumulación originaria del capital. Tenemos la ventaja de contar con recursos naturales. Su explotación racional puede hacerse sin abusar de la fuerza laboral.
Y para esa acumulación socialista, ¿es posible encontrar otras vías que no sean las extractivas?
Socialmente sería irresponsable no aprovechar racionalmente esos recursos. De lo que se trata es pasar por un modelo endógeno y lograr el cambio en la matriz productiva, con abandono del modelo extractivista y del rentismo hacia la acumulación del socialismo.
Algo así se decía en tiempos del socialismo real…
No pretendemos volver al pasado soviético. Esa experiencia histórica tuvo errores.
Si el socialismo se sustentó en la lucha de clases, ¿cuál es el conflicto ahora?
El conflicto es entre capital y trabajo. La concepción de lucha de clases debe ser redefinida porque la movilidad de las clases es dinámica. En un momento dado, hay sectores económicos que tienen ingresos mixtos, tanto del capital como del trabajo. ¿En dónde los ubico? ¿En el capital o en el trabajo? Hay esa complejidad.
¿Cuál es el camino de esta redefinición?
La Constitución dice que es economía social y solidaria. Y yo agregaría: con mercado.
Es decir que hay que ser pragmáticos…
La izquierda usualmente no lo ha sido. Ahí viene el tema de la reelección. No quiere decir nombramiento vitalicio, sino que cada vez que se convoque a elecciones, el candidato debe someterse el escrutinio popular. Algunos tratan de posicionar la idea de que con la enmienda, Correa o Nebot serán elegidos para siempre.
Pero la alternancia es para evitar que una persona permanezca en el poder. ¿La enmienda tiene dedicatoria para el Presidente?
Puede haber una dosis de pragmatismo.
Entonces el pragmatismo legitima cualquier cosa.
No; la ciudadanía tendrá que decidir. ¿Quién ha dicho que la alternancia es la característica sublime de la democracia? En países del bipartidismo, el cambio de persona no cambia el modelo, el statu quo no corre riesgo alguno.
Hoja de vida
Economista de profesión, fue director del Servicio de Rentas Internas y ahora es ministro de Relaciones laborales.
Su punto de vista
Ante el proceso de transformación y de consolidación del socialismo del siglo XXI en el país, existe la nostalgia liberal que pretende volver al pasado. La izquierda, por lo general, no ha sido pragmática y ello justifica que se lleve adelante la reelección.