Moscú. AFP
La decisión se califica de histórica. El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, y su par de EE.UU., Barack Obama, acordaron ayer en Moscú reducir un tercio sus arsenales nucleares estratégicos para restaurar las deterioradas relaciones entre las dos potencias. Pero dejaron temas sin resolver, como el del escudo antimisiles.
“Estados Unidos y Rusia, las dos principales potencias nucleares, deben dar ejemplo. Y eso es lo que estamos haciendo hoy”, declaró
Obama durante su primera visita presidencial a Moscú. Los dos jefes de Estado firmaron un principio de acuerdo que cifra los objetivos del tratado que relevará al histórico Start de 1991 sobre la reducción de los arsenales nucleares. Este nuevo Start “estará concluido este año”, aseguró Obama, en presencia de Medvédev.
Moscú y Washington acordaron reducir a entre 1 500 y 1 675 el número de ojivas nucleares (contra 2 200 como máximo que fijaba el Start) y a entre 500 y 1 100 la cantidad de vectores nucleares (misiles intercontinentales, submarinos y de bombarderos estratégicos) de cada uno de los dos países.
Estas reducciones debieran producirse “en los siete años siguientes a la entrada en vigor del acuerdo”, aclararon el Kremlin y la Casa Blanca en una declaración conjunta. Cada uno de los dos países tiene en la actualidad entre 2 000 y 3 000 ojivas desplegadas, es decir, listas para una utilización inmediata. Los acuerdos actuales limitan a solo 1 600 el número de vectores.
Partiendo de este entendimiento, los negociadores rusos y estadounidenses seguirán con sus conversaciones para ponerse de acuerdo sobre los detalles de un nuevo Start, el Tratado de 1991 que expira el 5 de diciembre. Estados Unidos y Rusia poseen aún más del 90% de las bombas atómicas del mundo.
Por otro lado, Rusia autorizó el uso de su espacio aéreo para el tránsito de soldados y de material militar estadounidense destinados a Afganistán, un acuerdo importante para Obama, que ha convertido la guerra en el país asiático en una de sus prioridades internacionales.
Otra señal de distensión llegó con el acuerdo alcanzado por Moscú y Washington para reanudar las actividades militares conjuntas que fueron suspendidas en agosto de 2008 debido a la guerra ruso-georgiana.
En el encuentro con su par ruso, Obama citó la amenaza balística iraní para justificar un proyecto antimisiles en Europa.