Es un esfuerzo editorial para que los lectores tengan a la mano una enciclopedia de calidad por sus textos analíticos y contextualizados, y por el despliegue gráfico de primer orden.
Al igual que los otros 11 libros anteriores, este tomo se divide en estos grandes capítulos: Introducción, Pintura (la década de los cuarenta, París versus Nueva York, EE.UU. y el camino hacia el expresionismo abstracto, arte pop, la posmodernidad); Escultura (escultura pop americana, hiperrealismo americano, el minimalismo, lo posmoderno, escultura de los materiales); Arquitectura (la visión de Europa, la aportación de Sudamérica, Arquitectura y Sociología).
En la segunda mitad del siglo XX, y por primera vez en la historia del desarrollo y la evolución del arte, fue Estados Unidos el país que lideró el cambio hacia una forma de entender las manifestaciones artísticas. Europa, tras el desastre de la Segunda Guerra Mundial, había quedado devastada y París, la capital por excelencia del mundo artístico, tuvo que someterse a las nuevas formas y conceptos que llegaban del otro lado del Atlántico.
Había llegado el momento de ceder la hegemonía. De todos modos fueron los artistas franceses los primeros en asumir la nueva estética y, basándose en su larga tradición cultural, lograron transformarla en algo propio. Fue así como surgió el arte de carácter lírico de Mathieu y el informalismo lleno de expresividad de Fautrier. Una vez superadas la abstracción y el bioformismo de los años cuarenta, y el informalismo y el expresionismo abstracto de los cincuenta, el arte emprendió nuevos caminos durante los sesenta. Se vivió un retorno hacia la figuración y el realismo, aunque expresados con una estética muy diferente a la del pasado, pues fue el momento de la incorporación de la tecnología al proceso creativo artístico.
“Todo es arte” se impuso como resumen de la creación individual, como una consigna total.