Rossana Viteri, de Plan Internacional, habló sobre la vulnerabilidad de niños y adolescentes en momentos de emergencia. Foto: EL COMERCIO
El terremoto del 16 de abril del 2016, que afectó especialmente a Manabí, ocurrió fuera de la jornada escolar, un sábado, a las 18:50. Por eso no se registraron pérdidas humanas en la comunidad educativa.
Esa es una de las conclusiones que se leen en el Plan Nacional para la reducción de riesgos y desastres en educación 2018- 2030. En el documento se señala que en esa ocasión resultaron afectadas en total 1 340 instituciones educativas. De ellas, 560, esto es el 41,7%, estaban completamente destruidas o se habían derrumbado.
Según el Plan Reconstruyo, la afectación en los planteles fue mayor en la zona urbana (69% de casos).
La mañana de este jueves 28 de febrero, en el auditorio del Ministerio de Educación, se habló sobre el Plan Nacional para la reducción de riesgos de desastres en educación. Este fue trabajado con el apoyo de Plan Internacional.
Su directora, Rossana Viteri, mostró un mapa cronológico del país que dejaba ver los terremotos ocurridos desde 1970. Señaló que era muy importante contar conocer los niveles de vulnerabilidad en el sistema educativo en el país, así como la capacidad instalada para reaccionar.
Viteri, de Plan Internacional, recordó que la mayor vulnerabilidad se centra en cuatro provincias. En la Costa, en Manabí y Esmeraldas, y en la Sierra, en Cotopaxi y Chimborazo.
Las instalaciones de aprendizaje deben ser seguras y también -dijo- hay que impulsar la educación en reducción de riesgos a desastres y en la resiliencia.
“Los niños son los más vulnerables y quienes más sufren en medio de un desastre. Y además porque son quienes más pueden influir en papá y mamá”, recordó Viteri y comentó que algunos profesores capacitados les contaron que los padres de familia les dijeron que sus hijos reaccionan mejor ante su desesperación en casos de emergencia. “Hay que salir tranquilos”, les pedían.
Alexandra Ocles, directora del Servicio de Gestión de Riesgos, indicó que trabajan en un sistema de indicadores. Pero dijo que el sistema educativo puede ayudar al cambio de patrones culturales, para no naturalizar el riesgo.
En el evento, junto al viceministro Francisco Cevallos, representantes zonales y de los distritos, así como de planteles educativos, firmaron un compromiso para trabajar en la prevención y reducción de riesgos de desastres.
Cevallos citó a Alexander Von Humboldt, quien murió en 1859. “Los ecuatorianos son seres raros y únicos que duermen en medio de crujientes volcanes”. Y dijo “así es nuestra geografía, pero debemos estar atentos para prevenir”.
Esta mañana, delegados de comités de riesgos de los planteles y de los distritos tuvieron una jornada de capacitación.