El Ministerio de Educación y planteles afinan propuesta para próximo ciclo

Josué, de 16 años, vive en Ambato. Sus padres revisan la oferta de estudios a distancia. Foto: Archivo / Particular

Josué, de 16 años, vive en Ambato. Sus padres revisan la oferta de estudios a distancia. Foto: Archivo / Particular

Josué, de 16 años, vive en Ambato. Sus padres revisan la oferta de estudios a distancia. Foto: Archivo / Particular

Los estudiantes de Sierra y Amazonía terminaron el año lectivo 2019-2020, con más de tres meses de clases no presenciales. ¿Qué ocurrirá el próximo ciclo? La incertidumbre se mantiene debido a que el riesgo de contagio de covid-19 aún es alto. Por lo que las autoridades ajustan los linea­mientos para su plan de ‘educación abierta’.

Según la información difundida a los representantes de planteles es una forma de educación escolarizada, que desarrolla un proceso de enseñanza-aprendizaje mediante medios alternativos y flexibles, que no requieren la asistencia permanente al aula.

Tamara Espinosa, subsecretaria de Educación Inclusiva, adelantó que a mediados de este mes la ministra Monserrat Creamer anunciará las implicaciones de este plan, que surge por la emergencia sanitaria. Pero que se quedará a largo plazo para ampliar la oferta.

La educación abierta incluye la posibilidad de que los padres elijan una o la combinación de modalidades: clases semipresenciales, con educación a distancia, que puede ser en línea, sincrónica, con profesor y alumno conectados a través de plataformas. Y asincrónica.

También puede ser virtual, con todos los recursos digitales para trabajo autónomo que se envían por e-mail, para descargar en cualquier momento.
Pero la Cartera pide que se hagan encuentros presenciales, aunque sea esporádicos.

El 5 de agosto, Matilde cumplirá 5 años y debería cursar el primero de Básica, aunque no es un nivel obligatorio. Su mamá, Karina Acosta, cuenta que teme enviarla a la escuela porque el riesgo de contagio no ha terminado. “Si a mi hija le estorba la mascarilla se la va a sacar, por más que le digan que no puede. No me voy a arriesgar, al menos este año”.

Por eso preferiría que una escuela la guíe para que ella y la abuela se ocupen de la educación de la niña desde casa.

Otra opción -dice- sería educarla a través de la plataforma del Ministerio y de información que encuentre en Internet. Pero le preocupa que estas actividades no cuenten en lo formal para estar lista para el segundo de Básica. Espera que se anuncien oficialmente las opciones para decidir.

En el abanico de alternativas está además el home­schooling, que implica más responsabilidad de la familia. Desde el 2009 es factible educarse en casa, fuera del sistema, pero solo para deportistas, músicos, por enfermedad. La Cartera registra a 19 chicos en el país. Ahora se permitirá que todos accedan.
Magui Bravo y su esposo, ambos educadores, ya se decidieron por el homeschooling.

Para la nueva modalidad que empezará en agosto, se vincularán a una institución internacional y se apoyarán con profesores de áreas que ellos no dominan, como matemáticas e idiomas. Sus hijos de 8 y 10 -cuenta la madre- no se adaptaron a la educación en línea, que adaptó su plantel particular. “Vivimos episodios de estrés, desesperación y tristeza”.

Julio y agosto son los meses de vacaciones estudiantiles, pero serán días para que las familias tomen decisiones. También para que las instituciones afinen planes y los compartan a padres y estudiantes.

En Ambato, por ejemplo los padres de Josué, de 16 años, recibieron la propuesta de educación a distancia del Colegio Glenn Doman.

Robin Gallardo, padre del joven, admite que su elección dependerá del impacto del covid-19 en su ciudad. La asistencia presencial -asegura- estará condicionada a medidas de bioseguridad, que no sabe si adolescentes puedan cumplir.

La rectora de esta institución, Gabriela Camino, comentó que están pendientes de las disposiciones ministeriales antes de definir el funcionamiento de la modalidad, sobre todo para tutorías presenciales, de ser posibles. Mientras preparan una plataforma con recursos didácticos para aprendizaje autónomo y un aula virtual amigable.

En Ecuador ya existe la modalidad a distancia, pero solo está dirigida a mayores de 18 años en general y a chicos de 15 años, en zonas en donde no existe cobertura pública presencial o semipresencial.

En el país hay 161 instituciones que ofrecen educación a distancia, en las modalidades radiofónica y semipresencial.

“Sí se necesita autorización para ofrecer estas modalidades; se nos están adelantando los colegios al promocionarlas. No los culpo. Trabajamos en los lineamientos; pensando en padres y en los planteles”, dice la subsecretaria Espinosa.

El Ministerio busca regular los mecanismos y formas de educación abierta; los niveles. Por ejemplo, hasta cuarto de Básica -creen- sí debería haber un tutor que guíe a los chicos de modo más directo, más allá de que esté detrás de una computadora.

Según dice la Subsecretaria, la idea es que la educación virtual en línea se quede de forma permanente, más allá de la emergencia. Ahora por el covid-19 se aplicaría en todos los niveles educativos, igual podría pasar si ocurriera un terremoto; el sistema y los colegios estarán listos en el futuro.

Así se podrán apoyar en la radio, TV o material impreso y pueden combinarlo con el uso de Internet, esporádicamente.

También, la Subsecretaria señaló que las pensiones no se subirán para el próximo ciclo. Analizan el rango de costos en las diferentes modalidades.

En medio de la emergencia, el ISM afinó su oferta ‘online’, bajo la metodología de home­schooling. Esperan el instructivo oficial antes de poner en marcha este proyecto de educación, con plataformas tecnológicas. Se capacitará a los padres de familia para que se encarguen del avance académico. Se incluyen clases ‘online’ de forma sincrónica y videoclases asincrónicas.

Jenny Vinueza, rectora, indicó que tienen todo listo, al igual que otros centros educativos. Esperan disposiciones oficiales. Adelantó que los costos son 50% más bajos.

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