Johana Maldonado fotografía a su familia durante una visita a Tulcán, Carchi. Foto: Álvaro Pineda para EL COMERCIO
Una fotografía eternizó la primera visita de Ricardo Rivera, su esposa y sus tres hijos a Tulcán. Procedentes de Cali (Colombia), los turistas recorrieron esa ciudad de Carchi, el miércoles pasado.
Estuvieron encantados al observar las esculturas gigantes, elaboradas en los árboles de ciprés, del Cementerio José María Azael Franco, que desde mayo del 1984 es Patrimonio Cultural de la Nación.
La mayoría de foráneos se fotografía delante de unas letras gigantes con la palabra Tulcán, situadas frente al camposanto.
Rivera y su familia llegaron aprovechando las vacaciones escolares en su país. Esa coyuntura permite que julio y agosto junto a diciembre y enero sean consideradas las temporadas altas del turismo colombiano. Así explica Álex Argoti, jefe de Turismo del Municipio de Tulcán.
Durante este y el próximo mes, los viajeros del vecino país prefieren recorrer la Sierra. Mientras que en el asueto de fin de año tienen como destinos preferidos las playas del Ecuador, asegura el funcionario.
Pero en los últimos años hubo una baja en el arribo de viajeros de Colombia.
Argoti considera que el fenómeno está relacionado con el diferencial cambiario entre el peso colombiano y el dólar, que torna más costosos los servicios en Ecuador. El pasado viernes el cambio de USD 1 se cotizó en 3 183 pesos.
Sin embargo, Rolando Revelo, promotor turístico del cantón Montúfar (Carchi), considera que también afectó a los tours organizados el descubrimiento de drogas en vehículos denominados narcobuses.
“Ahora el control es más exigente en la frontera. Es por ello que muchas empresas han decidido suspender rutas hacia el interior de Ecuador”.
Los sectores nacionales vinculados con el turismo no quieren perder a los clientes colombianos. Es por ello que provincias como Imbabura, por ejemplo, realizan promociones en el sur de esa nación.
Cada octubre funcionarios de la Dirección de Turismo de la Prefectura, junto a propietarios de sitios de hospedaje, restaurantes y bares, visitan el departamento de Nariño.
El objetivo es ofrecer productos nuevos, como el turismo comunitario e infraestructura recreativa, por ejemplo los balnearios, comenta Mier.
Para octubre próximo se ofertará la marca Geoparque Imbabura. Es decir, se espera difundir los sitios naturales, como volcanes y lagunas, la cultura de las etnias que habitan en la región y las instalaciones hoteleras con las que cuenta la provincia.
Los emprendimientos turísticos de Montúfar, que integran paseos por la urbe patrimonial y museos, con propuesta de aventura, como caminatas y pesca deportiva en la zona rural, también se promocionan en ruedas de negocios, como la que se realizó en Pasto (Colombia), en febrero pasado, recuerda Revelo.
El arribo masivo de colombianos se siente en el puente de Rumichaca, que enlaza a Ecuador y Colombia.
Esta última semana se formaron filas de turistas que esperaban entrar. Para facilitar la atención, los funcionarios de Migración de Ecuador colocaron un cartel en el que se indicaba que una fila era para que los ciudadanos de Venezuela realizaran sus trámites, mientras que la otra columna era para los viajeros de Colombia y de otras nacionalidades. Hay una más destinada para los ecuatorianos.
A pesar de la iniciativa, la turista colombiana Valentina Giraldo, de Manizales, aseguró que tuvo que esperar dos horas para que sellaran su pasaporte.
En las dependencias de Migración también se siente la llegada de foráneos. Un funcionario explica que al promedio diario de 1 500 trámites de ingreso, especialmente de venezolanos, de hace dos semanas, se sumaron 1 000 más. Es por ello que se duplicó el personal en 10 ventanillas.
Otros aventureros como Luis Maldonado, de Palmira Valle, llegaron para conocer Tulcán por un par de días. Lo acompañan su esposa, su hija, sus nietos y unos amigos.
Según Maldonado, hay paquetes turísticos que promocionan al Cementerio de Tulcán junto a atractivos del sur de Colombia como Pasto y la iglesia de las Lajas, de Ipiales.
Ricardo Rivera, su esposa y sus pequeños, esperan recorrer durante dos semanas algunos destinos de Carchi, Imbabura y la ciudad de Quito. Para ello cuentan con un presupuesto de USD 700, que ahorraron durante un año.