El pasado 23 de febrero se hizo la única inspección en las viviendas afectadas de Uzhar, en Gualaceo. Foto: Cortesía Municipio de Gualaceo
Dos semanas han pasado de los sismos que tuvieron como epicentro la provincia de Morona Santiago y que dejaron dos familias evacuadas en Azuay e inmuebles con fisuras, pero las intervenciones no llegan.
Ambas familias pertenecen a la comunidad de Uzhar, parroquia Gualaceo. Las dos viviendas colindantes de Fanny Peñaranda y Manuela Zumba, construidas en bloque, adobe y madera hace más de 50 años, fueron las más afectadas.
Las paredes quedaron fisuradas. Una parte del revestimiento de cemento de la fachada de la vivienda de Peñaranda colapsó. El balcón quedó hundido, las escaleras separadas de los pasamanos.
Tras las inspecciones y las recomendaciones de los técnicos de la zonal 6 del Servicio Nacional de Gestión de Riesgos, la familia sacó los enseres y desde entonces ocupa una sala subterránea de la iglesia de la comunidad. Allí, sigue viviendo Peñaranda con sus cinco hijos y un nieto.
La casa de su vecina Manuela Zumba, de 89 años, también tiene daños similares. Ella pernocta en la casa de un hijo, en la misma comunidad. “Me dijeron que aquí ya no puedo ingresar más”, indicó la azuaya.
Otra de las viviendas afectadas pertenece a Mariana Murillo, pero en menor proporción. Para su familia no se dispuso la evacuación. “Solo el día del sismo llegaron técnicos y autoridades de socorro, luego se olvidaron de nosotros”, señaló Zumba.
Este viernes 8 de marzo de 2019, Ricardo Guartasaca, vocal de la Junta Parroquial de San Juan, desconocía la situación de las familias y de los daños estructurales de las viviendas. “Acá el sismo fue fuerte, pero no he ido a Uzhar”.
El Instituto Nacional de Patrimonio Cultural inició desde hace un mes la actualización de los inmuebles patrimoniales en San Juan. La Unidad de Riesgos del Municipio de Gualaceo espera ese informe para determinar cómo deben proceder las casas afectadas.
Los daños registrados a los inmuebles públicos de Morona Santiago tampoco se han corregido. No se han reparado las ocho baldosas que se levantaron y destruyeron en el pasillo, entre el área de emergencia y recuperación del Hospital de Gualaquiza.
El informe de la Unidad de Riesgos de este centro hospitalario recomendó la restitución de ese material. Tampoco se interviene en la parte frontal del Mercado Municipal, que está afectada por una cuarteadura, que amenaza con caerse a pedazos.
En la parte baja, que colinda con una de las puertas de acceso, por unos días hubo cintas amarillas de peligro. La recomendación de los técnicos del Municipio de Gualaquiza fue que derrumben esa pared.
Otros daños estructurales ocurrieron en las paredes y columnas del Subcentro de Salud de Wampuik, cantón Taisha; y el desprendimiento de la losa del techo de la Dirección Distrital de Educación. Sus autoridades gestionan recursos para las intervenciones.