Ecuador enfrenta un déficit de lluvias en este 2024, respecto de años pasados. Las zonas de las hidroeléctricas están entre los puntos afectados, lo que intensifica la crisis que deriva en cortes de luz.
El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) detalló las causas del panorama que enfrenta el país, así como las previsiones.
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Sequía complica a hidroeléctricas
Actualmente, el país enfrenta un marcado déficit de lluvias en comparación con los valores históricos para esta época del año, entre julio y septiembre.
El Inamhi dio cuenta de que, en la Costa, las precipitaciones han estado entre un 20% y hasta un 80% por debajo de lo normal y en la Sierra, el déficit ha variado entre un 30% y hasta un 90%.
En la Amazonía, en cambio, los valores han oscilado entre un 20% y un 60%.
Claro que no se trata de una realidad exclusiva de Ecuador, se trata de una constante en la región. Los sistemas atmosféricos que habitualmente regulan el comportamiento climático, han favorecido la persistencia de condiciones más secas de lo habitual.
Desde el Inamhi agregaron que esos elementos impactan en sectores como la producción agrícola, provisión de agua potable, incendios forestales, incluso, en el funcionamiento de las principales centrales hidroeléctricas del país.
Lo que se espera
De acuerdo con los resultados preliminares de los modelos numéricos globales, regionales y locales, la última semana de septiembre y los primeros días de octubre de 2024, podría haber un aumento en el aporte de humedad hacia Ecuador.
Esas características podrían generar lluvias en varios sitios de la Amazonía, Callejón Interandino y áreas que abastecen a las centrales hidroeléctricas cercanas a la estribación oriental.
Los eventos climáticos externos
Ecuador es altamente vulnerable ante los eventos climáticos extremos, como los días secos consecutivos. Los datos históricos definen que en Ecuador han ocurrido eventos de sequía de diferente duración, magnitud e intensidad desde la época colonial e inicios de la República.
Según el Inventario Histórico Nacional de Desastres, se registran aproximadamente 101 eventos de sequía entre 1970 y 2007.
Esos eventos han repercutido en la estructura demográfica y, claro, en las condiciones socioeconómicas. La provincia de Loja es un ejemplo, pues, entre 1996 y 2001, experimentó una severa sequía. Estas condiciones motivaron la migración.
Las afectaciones en el sector hidroeléctrico
La sequía, sin duda, ha incidido en el suministro de energía eléctrica. Justamente, este miércoles, 18 de septiembre, desde el Gobierno de Daniel Noboa, se calificó a los cortes de luz como una “crisis de agua”.
Con base en el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático y los estudios de análisis de riesgo climático, considerando escenarios futuros, se prevé que las hidroeléctricas en el occidente de la cordillera de los Andes experimenten una reducción en la generación de energía.
La proyección es que las centrales enfrentarán impactos negativos hacia 2030, atribuidos a la disminución de precipitaciones durante las temporadas secas.
El embalse de Mazar, por ejemplo, tiene una capacidad para 410 millones de metros cúbicos. El de Amaluza, en cambio, de 120 millones.
En otros países de la región, la situación tampoco es alentadora. De acuerdo con el Centro de Gestión y Operaciones del Sistema de Protección de la Amazonia, vinculado al Ministerio de Defensa de Brasil, en agosto, los ríos amazónicos registraron niveles históricamente bajos.
Entre las afectaciones también están los incendios forestales en Brasil, Bolivia, Perú y Ecuador.