En las calles de Quito es común ver peatones que transitan por donde no deben: fuera de las aceras, puentes peatonales o pasos cebra. Esto aunque tanto ellos como los ciclistas pueden ser sancionados si no cumplen la ley.
En el Código Orgánico Integral Penal (COIP) se contemplan al menos cien contravenciones de tránsito. Estas incluyen sanciones para quienes causen siniestros con pérdidas humanas o materiales, sean conductores de automotores, bicicletas o peatones.
Una de las que más se comete es la contravención de séptima clase: la persona circula por espacios no seguros o cruza de manera abrupta. Y la sanción correspondiente es una multa del 5% del Salario Básico Unificado (SBU), USD 21,25.
Por irrespetar una señal de tránsito o las órdenes de un agente, la multa es del 30% de un SBU. Es una contravención de tránsito de cuarta clase y actualmente alcanza los USD 127,50.
Sin embargo, la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) solo registra 21 citaciones entregadas entre enero y mayo de este año. Y no hay datos de cuántos infractores han pagado la multa.
Posición oficial
Según la AMT, la sanción se carga en el sistema AXXIS de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT). Pero la ley especifica que esa es una competencia municipal.
Viviana Morocho, directora de Operaciones de la AMT, asegura que los agentes sí verifican el cumplimiento de la ley. Pero reconoce que es un tema delicado: “Es complicado detener la marcha del ciclista o del peatón”, añade.
En ese momento, la persona debe entregar su cédula para la emisión de la multa y el rubro debe pagarse en el Banco del Pacífico.
Pero no hay forma de garantizar el pago. Por eso, en 2019 la Secretaría Metropolitana de Movilidad impulsó una ordenanza para cobrar a través de las planillas de servicio básico o telefonía. Pero con el cambio de autoridades en ese organismo el proceso no avanzó.
Un recorrido, realizado el jueves 2 de junio por el sector de La Mariscal, fue suficiente para comprobar las malas prácticas de peatones. Entre las avenidas Patria y Colón se contaron decenas de personas que cruzaban esquivando autos o en semáforo en rojo.
En la avenida 6 de Diciembre, peatones permanecían sobre el bordillo que divide la calzada con el carril exclusivo de la Ecovía. Por ahí también pasan ciclistas y conductores de motos eléctricas, contraviniendo la ley.
Soledad Ríos tiene 23 años y confiesa que cruza “como puede” las calles de Quito. Tiene miedo, pero se justifica en el apuro, la costumbre y destreza de cruzar cuando los vehículos se ven lejos.
Ante la posibilidad de sanción se sorprendió. Nunca había escuchado de ello. “No creo que se pueda. Tendrían que multarnos a todos”, dijo mientras señalaba a media docena de personas que descendía de autobuses y cruzaba la avenida Amazonas con descuido.
Los activistas
Luis Rodríguez tiene 37 años y desde hace 12 se moviliza en bicicleta por toda la ciudad. Pertenece desde algún tiempo al colectivo B Motion, que promueve proyectos de movilidad sostenible.
Él cree que “antes de sancionar se debe cumplir con la ley y educar a la gente” en temas de vialidad. Asegura que los mismos agentes de tránsito desconocen la ley y sería “raro que vayan (a sancionar) a los más vulnerables”.
Doce agentes fueron consultados durante el recorrido de este Diario. No dieron sus nombres por falta de autorización para brindar entrevistas. Todos coincidían en desconocer la norma y en que nunca la han aplicado.
La única certeza es que los usuarios vulnerables de las vías: peatones, ciclistas y motociclistas forman el 79,4% de las víctimas fatales en siniestros de tránsito, según informe de la Iniciativa Bloomberg de Seguridad Vial Global.
Pero no hay cifras de cuántos causan accidentes. Las sanciones están en el COIP y varían según el daño material o humano.