El precio de arriendos aumentó en las zonas seguras de Latacunga

En la ciudadela Nueva Vida (zona de riesgo) se vende una parte de las viviendas. Foto: Armando Prado/ EL COMERCIO.

En la ciudadela Nueva Vida (zona de riesgo) se vende una parte de las viviendas. Foto: Armando Prado/ EL COMERCIO.

El sector de Locoa, oriente de Latacunga, es considerado como una zona segura al descenso de lahares. Allí aumentó la demanda de viviendas y arriendos. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO.

En tres viviendas de un condominio de 54 casas, ubicado en una zona considerada segura en Latacunga, el precio del arriendo subió hasta casi el doble, desde que se declaró la alerta amarilla por el volcán Cotopaxi.

En el conjunto residencial Campo Alegre aumentó de USD 280 a 450. En otras 12 viviendas arrendadas, el precio se mantiene en 280. El costo subió para los nuevos arriendos, según Inés Jácome, administradora del lugar. “Era normal pagar USD 280 y 300 hasta antes de la emergencia del volcán. Nadie pagaba más de esa tarifa”.

Este conjunto se encuentra en el sector de Locoa, al oriente de la capital de Cotopaxi, el cual no sería afectado por los lahares si hubiera una erupción del Cotopaxi. En otros sitios cercanos, el alza en los arriendos también se volvió común. Por ejemplo, en Gualundún, El Calvario, San Francisco, Las Betlehemitas, San Sebastián, entre otros. El alquiler de cuartos pasó de USD 40 o 60 a USD 100.

Sandra Lagoluiza y Rodrigo Díaz, moradores de San Sebastián, cuentan que allí ya no se encuentran casas para arrendar, por la alta demanda que se tuvo de las personas que quieren un sitio seguro para vivir.

Pero los inquilinos no quieren hablar del incremento por temor a perder el sitio en el que ahora viven. Aunque hay vecinos como Carolina Mena, quien asegura que no paga más de los USD 65 desde hace cuatro años, por el arriendo de un cuarto y un local.
Para frenar estos posibles abusos, el Municipio de Latacunga trabaja en la elaboración de una ordenanza. El documento ya fue aprobado en primer debate en el Concejo, el pasado 16 de septiembre.

Fernando Tapia, director de Avalúos y Catastro del Municipio, indica que este proyecto busca ser la normativa legal para tener la competencia de regulación de los cánones de arrendamiento, según los avalúos de cada sector. “A raíz de esta situación del volcán se ha dado una situación sui géneris. Por la posible erupción, muchas personas han buscado sitios seguros y se ha dado un comentario de que los arriendos han subido en un 100%”.

En la ciudadela Nueva Vida (zona de riesgo) se vende una parte de las viviendas. Foto: Armando Prado/ EL COMERCIO.

El Departamento realiza visitas a los sitios en donde hubo los posibles incrementos para establecer una tabla de cobros e incluirla en la ordenanza. Esto ya se hizo en Gualundún, El Calvario, San Francisco y Las Betlehemitas, que están fuera del alcance del Cotopaxi, según el mapa de riesgos de la ciudad. “Los trabajos van a continuar para frenar todos los cobros altos”, asegura Tapia.

Por ahora no se sabe cuánta gente ha ido a ver al sector oriental de esta ciudad de 70 000 habitantes.

La aspiración de habitar en zonas que no corren mayores peligros contrasta con la situación de los lugares en riesgo. En los sitios cercanos a los ríos Cutuchi y Aláquez, por donde bajarían los lahares, las casas están deshabitadas, las construcciones quedaron a medio terminar o se han puesto letreros de venta o arriendo.

En las zonas más vulnerables incluso se observa menos movimiento de los residentes. Esto sucede, por ejemplo, en la ciudadela Nueva Vida, ubicada entre ambos afluentes, en el nororiente de Latacunga.

La casa esquinera de dos pisos de Sandra Ordóñez es una de las que está a la venta. Las razones para ofertarla, según su propietaria, se deben más a temas laborales de uno de los miembros de su familia.

René Andrango, otro dueño de una vivienda, paró la ampliación de un segundo piso, pero no ha pensado en venderla. “Para que me vengan a decir que me dan USD 20 000, mejor no. Hay que ver cómo va el volcán y si es fuerte”. Ordóñez pide USD 85 000 por su casa.

En este barrio, según Ordóñez, todavía hay personas que venden lotes para viviendas, pese a que ya se sabe que es una zona peligrosa.

Otro fenómeno en el sector inmobiliario es que la venta de viviendas mermó a escala provincial, cuenta Fernando Espíndola, de la inmobiliaria Espíndola & Espíndola, con 39 años de experiencia en Latacunga. “La gente guarda mucho el dinero circulante y por eso han bajado las ventas. Se hizo mucho daño con la falsa alarma del 14 de agosto”. Eso hizo que incluso se dejara de invertir en Latacunga, señala el arquitecto. Muchos también optaron por ir a otra localidad.

En el caso de esta firma, no se han subido los precios en su principal proyecto residencial Terranova, de 100 casas, en el sector de Mario Mogollón en el norte (sitio seguro). Cada vivienda de hasta 167 m2 se vende en USD 95 000 y en los últimos días el negocio “sí se ha movido un poco”, dice Espíndola.

En cambio, las ventas en Locoa, una zona segura, se ofertan departamentos hasta por más deUSD 100 000. Según Tapia, se espera que hasta octubre ya se apruebe la ordenanza para segundo y definitivo debate.