La fuerte lluvia del fin de semana minaron el terreno donde se asentaban cuatro viviendas del barrio Púmpula, en el sur de Esmeraldas. Las casas, de estructura mixta, cayeron en una fisura que se formó en el lugar.
El orificio se extendió a lo largo de 100 metros y tenía una profundidad aproximada de 3. Los pobladores dicen que se formó el lunes pasado. Entonces era pequeño, pero poco a poco se fue extendiendo.
Las casas de caña y guadúa se destruyeron, por su fragilidad. Ocurrió cuando Betty Samaniego, una de las propietarias, dormía. Relató que en la madrugada del domingo sintió una corazonada que la hizo levantarse de su cama.
“Llovía demasiado fuerte y les pedí a todos mis familiares que abandonaran la vivienda”. Ahí vivía junto a sus 11 hijos y nietos que estaban a su cargo. Poco tiempo después de salir del sitio observó cómo el frente de su casa se destruía.
Algo similar le pasó a otras tres familias que habitan en el sector. Todas lograron salir antes de que ocurra la emergencia. No hubo víctimas, pero sí damnificados. Son 25 personas las que se quedaron sin un lugar donde vivir. Hasta el mediodía de ayer, dijeron no haber tenido alguna reacción de las autoridades locales.
Les preocupaba dónde iban a dormir, porque desde la semana pasada en Esmeraldas se han registrado fuertes lluvias que han anegado varios sectores de la capital de la provincia. Además de este hundimiento, la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) ha recibido reportes de daños en un colegio y en varios sembríos.
El sábado, el agua también afectó a 100 casas en la ciudadela De los Judiciales y el barrio Casa Bonita, en el sur de Esmeraldas. Los habitantes tuvieron que llevar a los pisos altos sus pertenencias, para evitar que se dañen con el lodo.