Lloa no pide parques, canchas ni rebacheos. Su clamor es una nueva escuela. Es la parroquia más grande de Quito y una de las que menos estudiantes tiene. Este año lectivo son apenas 259.
La escuela matriz de esta comunidad, en la que viven más de 2 500 personas, es la Unidad Educativa Pichincha. Se levanta humilde a tres cuadras de la plaza central, rodeada de montañas y llena de necesidades.
Las aulas son de techo de zinc. Tiene una sola cancha de cemento con un pequeño patio para que los niños y jóvenes de 3 a 18 años disfruten del recreo. La infraestructura es insuficiente. Solo cuenta con ocho aulas y necesita al menos 12. Las cuatro restantes debieron improvisarlas en dos predios cercanos que les prestó la Junta Parroquial y la Prefectura de Pichincha. Niños de inicial 1 y 2 y de séptimo de básica reciben sus clases.
Paulina Gordón, oriunda del lugar, ama vivir allí por el aire puro y la tranquilidad que tienen sus hijos de jugar a la calle sin miedos. Pero admite que necesitan un mejor plantel. En la Pichincha -dice-, falta mucho material, no hay laboratorios ni centro de cómputo.
Ana Lucía Amores, rectora a cargo de la Unidad Educativa, dice que han pedido la intervención del Ministerio de Educación y que suelen ayudarles con arreglos, pero ahora solicitan una intervención mayor, porque el plantel, que tiene más de 129 años, ya es insuficiente. Dice que han podido salir adelante con el apoyo de los padres de familia.
Al momento, tienen 160 estudiantes, de ellos 50 llegan de sectores como Palmira y San Luis, a unos 30 minutos. Ellos asistían a dos escuelas cercanas que cerraron y ahora el Ministerio les ayuda con transporte para llegar al centro.
La segunda escuela que aún funciona en la parroquia queda a casi tres horas de camino. Esta zona es tan grande que colinda con la parroquia Mindo, Santo Domingo y Cutuglagua (cantón Mejía).
Yolanda Vega, funcionaria del Gobierno Parroquial, cuenta que los niños de sectores alejados como Chiriboga o Guarumal asisten a la Unidad Educativa Padre Menthen, un plantel pequeño que tiene 60 alumnos y seis docentes.
Una parte viaja para estudiar a Quito. Cuando alguien quiere entrar a la universidad, van a vivir a la capital, porque, aunque está a solo 20 minutos del sur en auto particular, no hay muchos buses. Sale una unidad cada 30 minutos, el primero a las 05:45 y el último que retorna lo hace a las 19:30.
En sectores como San José, Chiriboga, Palmira, Guarumal y La Victoria casi no hay niños ni adolescentes. Son barrios donde viven, sobre todo, adultos mayores y jóvenes adultos. Por eso el clamor de una mejor educación.
Lloa es una parroquia que se sostiene de la ganadería y la agricultura. Hay al menos 10 haciendas productoras de leche y cada una generan cerca de 1 000 litros diarios. Además, están los más de 200 pequeños productores que entregan la leche a los centros de acopio donde elaboran quesos.
La gran mayoría de la población se dedica a los sembríos. Allí pueden cosechar de todo: papas, hablas, trigo, cebada, mellocos, coliflor, rábanos, mora, limones caña de azúcar, mandarina, naranjilla, choclos, uvillas y otros productos.