El partido entre Ecuador y Venezuela, disputado en el Estadio Rodrigo Paz Delgado, sirvió como escenario para una actividad poco habitual: el primer conteo de residuos dentro de una competencia oficial organizada por la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF).
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Esta iniciativa fue impulsada por WWF Ecuador en el marco de su campaña ambiental “Nos jugamos el partido de nuestras vidas”. El objetivo principal fue establecer una línea base para reducir progresivamente el uso de plásticos de un solo uso en eventos deportivos. La actividad también formó parte de la conmemoración de la Hora del Planeta 2025.
Durante la jornada, se desplegó un equipo de 65 voluntarios de WWF junto a 15 recicladores de base para recolectar y clasificar los desechos generados por el evento.
En total, se reunieron 48 734 ítems plásticos, lo que llenó por completo el equivalente a un camión con capacidad de 2.8 toneladas. El análisis mostró que el 83% de los residuos correspondía a plásticos de un solo uso. Estos resultados permiten dimensionar el desafío ambiental presente en los escenarios deportivos del país.
Una medición inédita en los estadios
Nunca antes se había realizado un conteo de esta magnitud en un evento deportivo organizado por la FEF. Esta primera medición sienta un precedente para futuras estrategias de manejo de residuos.
En lugar de terminar en el relleno sanitario, los materiales fueron entregados a la Red Nacional de Recicladores del Ecuador (Renarec). Con este paso, se busca comenzar un cambio en la gestión de residuos en los estadios.
De los residuos recolectados, el 39% corresponde a materiales potencialmente reciclables como PET y bolsas plásticas. Sin embargo, el 61% restante está compuesto por elementos que no pueden ser reciclados fácilmente.
Vasos, tarrinas y materiales laminados con plástico no cuentan con procesos accesibles para su recuperación. Por esta razón, gran parte de lo recogido termina siendo desecho, a pesar de los esfuerzos de separación y recolección.
Conciencia ambiental desde la cancha
Acciones simbólicas también formaron parte del evento para sensibilizar al público. Una niña ingresó a la cancha acompañando al capitán Enner Valencia con un balón hecho de 67 fundas recicladas. Este gesto buscó llamar la atención sobre la contaminación plástica y la urgencia de tomar medidas.
Además del mensaje visual, la intervención sirvió como recordatorio del rol que cada hincha puede jugar en la protección del ambiente. El estadio fue escenario no solo de fútbol, sino también de educación ambiental.
Las imágenes proyectadas y las acciones dentro del campo marcaron un momento clave para reflexionar. Así se generó un espacio donde deporte y sostenibilidad se encontraron.
Próximos pasos para un fútbol más limpio
Los datos obtenidos permitirán diseñar un plan de acción a largo plazo. WWF Ecuador y la FEF trabajarán en conjunto con la Plataforma Nacional de Acción por los Plásticos (NPAP-Ecuador) para implementar recomendaciones concretas. El propósito es sustituir gradualmente los plásticos de un solo uso en partidos futuros. Este esfuerzo se alinea con una visión de sostenibilidad aplicada al deporte.
Tarsicio Granizo, director de WWF Ecuador, explicó que esta es una etapa inicial para entender la magnitud del problema. La meta es encontrar soluciones efectivas y sostenibles para reducir la huella ambiental del fútbol.
Por su parte, Nicolás Solines, Secretario General de la FEF, aseguró que la institución está comprometida con el cambio. A través de acciones concretas, ambas organizaciones buscan generar impacto dentro y fuera de la cancha.