Ecuador conmemora el Día Mundial del Refugiado en un contexto de aumento del desplazamiento forzado. El país se mantiene como receptor clave de personas que huyen del conflicto, la violencia y las amenazas, principalmente de Colombia y Venezuela.
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Ecuador acoge a más de 80 000 personas con estatus de refugiadas
El más reciente informe de Acnur revela que Ecuador acoge actualmente a más de 610 000 personas forzadas a huir. De ellas, más de 80 000 ya cuentan con estatus de refugiadas, y cerca de 440 000 son ciudadanos venezolanos que enfrentan desplazamiento por causas humanitarias. El país también ha recibido un crecimiento sostenido de solicitudes de asilo de ciudadanos colombianos desde 2021.
Ecuador forma parte de una región profundamente impactada por los flujos migratorios. Según el Grupo de Trabajo para Refugiados y Migrantes de Venezuela (GTRM), la población en movilidad humana representa el 3% del total nacional. Esta incluye mayoritariamente a mujeres y jóvenes en edad productiva, lo que muestra un potencial para contribuir al desarrollo local. Sin embargo, los riesgos que enfrentan, como la violencia, la extorsión y la inseguridad, complican su proceso de integración.
El informe Tendencias Nacionales de Acnur también detalla que, entre mayo de 2024 y abril de 2025, el Estado ecuatoriano reconoció a 4 230 personas como refugiadas y regularizó la situación migratoria de más de 30 000 mediante el proceso VIRTE. Pese a ello, la operación de Acnur en el país apenas cuenta con un 17% de financiamiento, lo que ha obligado a recortar programas clave de asistencia humanitaria y legal.
Refugiados en las Américas
En toda la región, el número de personas desplazadas y asistidas por ACNUR alcanzó los 21,9 millones al cierre de 2024. Solo Colombia cuenta con aproximadamente 7 millones de desplazados internos. La violencia, las pandillas y los conflictos continúan como causas principales. José Samaniego, director regional de Acnur ha destacado que los países de la región, como Ecuador, han mantenido sus puertas abiertas, a pesar de enfrentar también crisis internas.
Un llamado internacional
Los expertos coinciden en que integrar a la población refugiada no solo es un deber humanitario, sino una oportunidad económica. Estudios recientes demuestran que estas personas impulsan el PIB, fortalecen el sistema fiscal y contribuyen al desarrollo. Acnur hace un llamado urgente para evitar el colapso de su capacidad operativa en la región, ante el aumento constante del desplazamiento y el estancamiento del financiamiento internacional.
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