Si no tienes tiempo, te lo resumimos en estas líneas:
- Las obras de reconstrucción de Manabí y Esmeraldas no están finalizadas
- Aún quedan recursos de la Ley de Solidaridad que se recaudaron en el 2016 y 2017
- La Fiscalía General abrió un caso para investigar la corrupción en la reconstrucción
Manabí y Esmeraldas se destruyeron en 75 segundos a las 18:58 del 16 de abril del 2016. ¿Cuánto sabemos sobre el costo de la reconstrucción tras el terremoto?
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Esa noche, un terremoto de 7.8 grados de magnitud se produjo frente a las costas de Pedernales (Manabí), el epicentro del movimiento telúrico y uno de los más graves que ha vivido Ecuador.
Hubo 673 fallecidos, 6 274 heridos y 28 775 damnificados en las dos provincias costeras. Estos datos constan en el informe sobre la reconstrucción que realizó la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades).
La reconstrucción en Manabí y Esmeraldas
El Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) informa que aún hay obras que no se han concluido en Manabí y Esmeraldas, debido a diversos factores. El principal es la falta de pago en las administraciones anteriores.
En este gobierno se destinaron 102,18 millones de dólares para concluir las obras pendientes y financiar obras rezagadas. Estas se incluyeron en el Plan Anual de Inversiones 2024.
No se ha hecho la reconstrucción de los cuarteles de los bomberos, vías, servicios básicos e infraestructura pública.
No se especifican detalles, pero el MTOP explica que se enfocan en dos ejes definidos en el Plan Reconstruyo.
El primero es la construcción y reconstrucción de la infraestructura pública y rehabilitación integral de servicios públicos. El segundo es la reactivación productiva, para promover la ejecución de planes, programas, políticas y regulaciones productivas, reactivación de empleo local y nacional.
Luego de ocho años, el mayor avance se ha hecho en Manabí: Portoviejo, Chone y Manta. La falta de estudios definitivos para ejecución de obras limita la reconstrucción en otros cantones manabitas y la provincia de Esmeraldas, informa el MTOP.
En el 2016, la Senplades calculó el costo total de la reconstrucción de las zonas afectadas en 3 343,8 millones de dólares. De ese monto, 2 252,3 millones corresponden al sector público y 1091,5 millones del sector privado.
¿Cuánto se invierte en la reconstrucción?
El MTOP informa que hasta diciembre del 2023 se invirtieron (devengaron) 2 373,3 millones de dólares en la reconstrucción, tras el terremoto. Una gran parte proviene de la recaudación de la Ley de Solidaridad, que sumaron 1 623,96 millones y no todo se ha invertido luego de ocho años.
Por ahora no se tiene una cifra global sobre cuánto dinero más se necesita para terminar la reconstrucción. En su informe, el MTOP explica que solicitó a los ejecutores de la reconstrucción la conciliación de recursos provenientes del proyecto de Reconstrucción y Reactivación Productiva.
El objetivo es “sincerar las cuentas con la finalidad de cerrar proyectos que aún se encuentran en ejecución y buscar financiamiento para obras rezagadas y nuevas postulaciones”.
Sin embargo, aún se cuenta con fondos de la Ley de Solidaridad y del Banco Europeo de Inversiones, indica el MTOP. En un documento se muestra que
Otro detalle es que se perdió financiamiento. El MTOP indica que “debido a la falta de gestión de anteriores administraciones se perdieron recursos de multilaterales que pudieron servir para financiar varias obras (…)”.
¿En dónde falta la reconstrucción?
La administración municipal de Pedernales funciona en el mercado de esta ciudad manabita. El terreno donde estaba el edificio sigue vacío.
En este mismo cantón, recién en el 2023 fue finalizada la obra del hospital. En esa zona no había uno y durante la emergencia hubo problemas para una atención inmediata.
La población tampoco cuenta con los servicios de agua potable y alcantarillado, porque las obras están inconclusas.
En el cantón Sucre, la ciudad de Bahía de Caráquez no tiene agua potable, la infraestructura del Cuerpo de Bomberos, las vías siguen destruidas y no se han encauzado dos quebradas en las parroquias Charapotó y Leonidas Plaza. Lo dice el alcalde Carlos Mendoza.
Mendoza explica que en su cantón se construyó una parte de las redes de tuberías internas, pero no se construyó una planta de captación.
Solo se pusieron tanques de abastecimiento, para recibir el agua del sistema Estancilla, situado a 40 kilómetros de Bahía de Caráquez. Por esa razón hay días en que no tienen agua y afecta al sector turístico, asegura el Alcalde.
La situación es más compleja en Esmeraldas, donde la reconstrucción es casi inexistente. Muisne, una de las zonas más destruidas, se edificó un plan de vivienda para los damnificados.
¿Por qué demora la reconstrucción?
Cristopher Velasco, presidente de la Asociación de Profesionales de Gestión de Riesgos, explica lo que pasa con la reconstrucción luego del terremoto de abril del 2016.
Habla de cuatro elementos que incidieron en la ejecución oportuna de las obras, luego del terremoto. Falta de institucionalidad de la Secretaría de Gestión de Riesgo, debido a la inestabilidad política.
Por esa razón, la reconstrucción fue tomada como un motín político para capitalizar votos en Manabí y Esmeraldas. Eso muestra una débil capacidad del Estado para asumir técnicamente la reconstrucción y rehabilitación de las zonas afectadas.
Segundo, no existe una política de gestión de riesgos, pese a que existe una ley desde hace 16 años. Se creó un Comité de Reconstrucción, pese a que existe una Secretaría de Riesgos. No se midió la urgencia y las necesidades de la gente afectada. Por eso, no se ha dado la misma atención a Esmeraldas como se hizo en Manabí.
Tres, se hace un trabajo paternalista y la atención es reactiva en vez de preventiva. Tampoco existe una cultura de vigilancia u observatorios para controlar los recursos y las obras que se plantearon para la reconstrucción. ¿Quién audita los recursos que se destinaron para la reconstrucción? ¿La Contraloría?
Cuatro, no se vio la utilidad de las obras para los afectados. Se hicieron las obras, pero en función de las obras del gobierno de turno y no según la necesidad de las personas.
Bajo esas premisas no se entiende por qué Manta, Chone o en otros cantones no se han terminado los proyectos de agua potable y alcantarillados, los hospitales y los servicios más básicos que se destruyeron.
La corrupción se apropió de los recursos de la reconstrucción
La Fiscalía General investiga el desvío de los fondos de la reconstrucción del terremoto para obras que no eran prioritarias. Por ejemplo, la construcción de la vía Manta-Colisa, obras de alcantarillado y agua potable, soterramiento de cables, que costaron más de lo presupuestado y que no se entregaron a tiempo.
Por esos casos, la fiscal general, Diana Salazar, vinculó a Jorge Glas, expresidente de la República, en una investigación por presunto peculado. Glas fue presidente del Comité de Reconstrucción y Reactivación Productiva. Otros implicados son Carlos B., exsecretario Técnico del Comité; y Pablo O., exgerente general de la Empresa Pública Ecuador Estratégico.
El juez dictó prisión preventiva para Glas y Carlos B., y la retención, inmovilización y congelamiento de las cuentas que los procesados mantengan en el sistema financiero nacional, así como la prohibición de enajenar sus bienes por
122 492 990 76 dólares, cada uno.
La Fiscalía también implicó a los exministros de Transporte y Obras Públicas, Walter Solís y Boris Córdova; los exsubsecretarios de Obras Públicas: Omar Chamarro y Franklin Bernal; el exdirector de Inmobiliar, Milton Maldonado, y el exdirector del Sercop, Víctor Jaramillo.
Las primeras denuncias de corrupción
Las denuncias de presunta corrupción comenzaron en 2019. Patricio García, presidente de la Comisión Nacional Anticorrupción de Manabí, explica las incongruencias que encontraron entre las obras aprobadas y las ejecutadas.
El 22 de mayo del 2017, el Comité de Reconstrucción, presidido por Glas, aprobó 600 contratos por cerca 3 000 millones de dólares, según consta en el acta de la reunión, que duró dos horas.
Lo sorprendente -dice García- es que muchas de las obras no se hicieron y se construyó la vía Manta-Colisa, por ejemplo. Cuando García fue funcionario de la Contraloría, hizo una auditoría a Ecuador Estratégico y encontró que se excluyeron obras para Manabí y hasta la actualidad no existe una verdadera reconstrucción. Lo afirma García.
En el examen se detectó que el hospital de Chone fue construido en el mismo lugar, donde se inundaba siempre. En las lluvias de este 2024 esa infraestructura se inundó por las lluvias invernales. En Manabí se edificaron muelles pesqueros, que no benefician a los pescadores. En Crucita, el muelle está abandonado e inundado por el mar. Él se pregunta para cuándo se hará una verdadera reconstrucción.
Fresia Villacreses, quien participó en una mesa ciudadana en 2018, cuenta lo que detectaron. Observaron que hubo ocultamiento de la información pública sobre la reconstrucción y no se sabía en qué se gastaban los recursos. Y tampoco se consultó a los ciudadanos sobre qué necesitaban para la reconstrucción y reactivación.
García recuerda que ese sábado 16 de abril de 2016 sintieron la sensibilidad y solidaridad de las personas de todo Ecuador al donar comida, agua y otras ayudas luego del terremoto; y luego el pago de tributos para efectuar la reconstrucción. Sin embargo, no se sabe qué hicieron las autoridades con esos recursos.