En Cotacachi (Imbabura) se realizó la sexta feria de tratamientos y semillas ancestrales. En el evento participaron más de 100 agricultores de Otavalo, Cotacachi y Cotopaxi.
En el parque central del cantón, en la calzada, se tendieron retazos de tela de color blanco, negro y rosado para exhibir las variedades de fréjol, maíz, tubérculos y plantas medicinales.
Una de las expositoras fue Rosa Farinango, moradora de la comunidad de Pijal (Otavalo). Ella exhibía hojas de matico, sauco, cachaserraja y de otras plantas medicinales. La mujer parecía una experta en tratamientos ancestrales y conocía las propiedades curativas de cada planta.
“El agua de sauco sirve para aliviar los golpes y la colada de mashua para el mal de orina”, decía Farinango.
A diferencia de las dos primeras participantes, María Hermelinda Morán tenía un producto exclusivo. Se trata de una variedad de granos conocida como cabascango. Es similar al fréjol pero es amarilla y tiene una línea blanca en un costado. “Se demora seis meses en crecer y es más rico que el fréjol”.
Morán compartió la semilla con el resto de campesinos que mostraban interés por el cabascango. Y a los visitantes les vendía a USD 0.25 un puñado. Y precisamente ese es el objetivo de la feria, según el Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias (Iniap). “Queremos que los agricultores intercambien las variedades de semillas que ya están perdiéndose”, afirmó Marcelo Tacán, técnico del Iniap. Para Francisco Males, agricultor otavaleño, el encuentro fue positivo. “Nos permite reforzar lo que sabemos o conocer otras cosas”.