Las calles, avenidas y los paisajes de Quito poco a poco son opacados por la contaminación acústica. El desarrollo urbanístico que ha tenido la capital durante los últimos cinco años la ha convertido en una de las ciudades más ruidosas del Ecuador, después de Guayaquil.
Allison Cevallos ha sido testigo por diez años de cómo la calle Whymper, ubicada en el sector de La Paz, norte de Quito, pasó de ser un lugar tranquilo y residencial a zona rosa. “La música y la fiesta se apoderan de la noche”. Cuenta que desde las 18:00 se empieza a encender el ambiente y, al pasar por cada calle se escucha la música a todo volumen, sobre todo de reguetón, que es la más predominante.
Mientras las personas buscan un lugar para pasar un momento ameno entre amigos, es inevitable ver la fila de gente esperando para ingresar a los bares, restaurantes y cervecerías.
Vecinos como María Teresa Torres insisten en que la música en vivo y el licor no son compatibles con la zona. Menciona que hace algunos años realizaron campañas, marchas y colocaron carteles para solicitar al Cabildo que implementara acciones para que este sector vuelva a la tranquilidad.
La Mariscal, calle La J, el Centro Histórico, La Paz (Whymper) y La Jipijapa son las zonas que presentan altos niveles de ruido. Según datos de la Secretaría del Ambiente del Municipio de Quito en estos sectores, la emisión de ruido supera con facilidad los 65 decibeles en el día y 55 en la noche.
Factores como el comercio, el tráfico o los centros de diversión son algunas de las fuentes de contaminación auditiva. Sin embargo, los ciudadanos de esos sectores se han acostumbrado a vivir en medio de este trajín.
Evaluación y control del ruido ambiental
Alicia Vallejo, directora de gestión de calidad ambiental de la Secretaría del Ambiente, explica que la contaminación acústica es originada por ruidos o vibraciones provenientes de cualquier emisor acústico que genera molestias, riesgo o daño para las personas, para el desarrollo de sus actividades y para la naturaleza.
Menciona que en la actualidad, Quito presenta varios efectos por el desarrollo de las nuevas actividades económicas, urbanización, movilización y ajetreo comercial cotidiano que está causando una alta contaminación auditiva en la urbe.
“Se puede asegurar que todas estas actividades en su conjunto rompen el equilibrio natural y provocan estrés en la población, lo cual es evidenciado por el incremento de denuncias sobre afectación por ruido de locales o actividades comerciales”, mencionó.
Entre enero y julio de 2022 se han receptado 55 denuncias por contaminación auditiva. Para intentar controlar los altos niveles de ruido, la Agencia Metropolitana de Control (AMC) realiza supervisiones a locales comerciales, vehículos y fábricas.
Vallejo menciona que están prohibidas las bocinas, los altavoces en los camiones repartidores de gas, los parlantes en las calles, porque esto molesta a los ciudadanos.
Una de las principales infracciones es el uso de parlantes fuera de establecimientos comerciales, tiendas, farmacias, restaurantes y mecánicas. Es algo que se incumple a diario.
Con base en la Norma Técnica 003, las sanciones se clasifican en leves, graves y muy graves. Para el primer caso, la sanción es dos salarios básicos, mientras que para la segunda es cuatro sueldos mínimos; y para la tercera, ocho. En 2020, la AMC emitió 10 sanciones, en 2021, cuatro; y en lo que va de 2022, ninguna.
La Secretaría de Ambiente ha realizado estudios iniciales en cuanto a mapas de ruido, y ha determinado que la plaza Foch tuvo entre 75 y 80 decibelios en el día y 90 en la noche. En los habitantes de Quito, respecto del ruido de los camiones repartidores de cilindros gas, estos no deberían rebasar los 55 decibeles.
Estrategias para combatir la contaminación acústica
Diego Galindo es socio y propietario del bar Caminos del Sol, ubicado en la Whymper, desde 2019 ofrece música en vivo. Dice que su local cumple con normas de insonorización y respeta su LUAE.
Asegura que su establecimiento cuenta con estructuras entre las paredes que evitan que se propague el ruido hacia afuera. “Contamos con un aparato que se encarga de medir los decibeles y realizamos un monitoreo constante, con la finalidad de llevar una buena relación con los vecinos”.
En otro punto de la ciudad, al caminar por las estrechas calles del Centro Histórico el sonido de los pitos de los carros se mezcla con la voz de los vendedores ambulantes.
Sin embargo, aquí el ambiente cambia, los parlantes gigantes que eran ubicados en el exterior de cada local y su música que se convertía en una guerra de ritmos fueron reemplazados por parlantes pequeños.
El sonido de la cumbia, reguetón y salsa se pierde entre el murmullo de los cientos de personas que caminan a diario por este sector.
¿Cómo surgió este tema?
En varios sectores de Quito es evidente la contaminación acústica que debe enfrentar la población. El tránsito, los parlantes en cada esquina, las ventas ambulantes son factores que pueden desembocar en efectos nocivos para la salud mental y física de los ciudadanos.
¿Qué se puede hacer?
No abusar del uso del claxon, solo utilizarlo cuando sea necesario. No usar parlantes en los negocios, son la primera fuente de contaminación. Evitar vehículos de motor e ir al trabajo o escuela en bicicleta o escúter eléctrico, así también se contribuye a usar un medio de transporte sostenible.
¿Por qué leer esto?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) determina que el ruido urbano es nocivo para la salud y el medioambiente. Lo tolerable son 53 decibeles en el día y 44 en la noche. El oído necesita 16 horas de reposo para compensar dos horas de exposición a 100dB y a partir de 120 dB el oído experimenta dolor.
El Municipio de Quito dice que la ciudadanía puede denunciar el incumplimiento de los niveles máximos de ruido en la Secretaría del Ambiente o en línea, a través del Portal Único de Trámites Ciudadanos, en el ‘link’ Atención de denuncias ambientales en el Distrito Metropolitano de Quito. La Ordenanza Municipal 123 prohíbe el ruido de equipos de amplificación u otros desde el interior de locales comerciales o viviendas, que sobrepasen los niveles permitidos.
¿Cómo contactar a la unidad de noticias?
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