La caída de la ceniza del volcán Cotopaxi ha generado molestias en las viviendas y la salud de los habitantes de Santo Domingo. Foto: Juan Carlos Pérez/ EL COMERCIO
La santodomingueña Clara Mendieta debe limpiar su casa al menos dos veces en el día. Ella vive en el kilómetro 97 de la vía Alóag – Santo Domingo, en el occidente de Ecuador. En ese sector y en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas ha caído ceniza desde agosto, proveniente del volcán Cotopaxi.
La ceniza ha modificado el estilo de vida de los santodomingueños. En la ciudad se pueden observar vehículos cubiertos de ceniza al igual que portales, ventanales y techos.
Para Mendieta es fundamental limpiar su casa debido a que su hijo de tres años tuvo una infección respiratoria. “Nos fuimos a Quito hace dos semanas y al regresar mi bebé estaba mal por la inhalación de la ceniza que cayó en la capital. El médico me recomendó mantener limpios los espacios y utilizar mascarillas”.
El uso de mascarillas en los menores es cada vez más frecuente en la provincia. El Ministerio de Educación, a través de un comunicado, solicitó a los padres de familia que enviaran a sus hijos con mascarillas para protegerlos de enfermedades respiratorias.
Pero la docente Cristina Moreira aseguró que para los niños es molestoso jugar en las horas de recreo con la mascarilla puesta y que, por esto, la mayoría no la utiliza. “Debemos estar atentos para que cumplan con la orden que les damos al iniciar la clase. Les hemos explicado las consecuencias de no cubrirse el rostro, pero muchos prefieren no hacerlo o han perdido la mascarilla”.
Según el otorrinolaringólogo Jesús Sánchez, la exposición a la ceniza volcánica puede ocasionar el enrojecimiento de ojos, congestión nasal, enfermedades respiratorias, alergias en la piel, entre otras dolencias. En caso de que las personas se expongan deben acudir a una casa de salud para que se verifique su estado y así evitar enfermedades posteriores como el asma.
La ceniza que permanece en los exteriores de las viviendas genera estragos entre los transúntes de Santo Domingo. Foto: Juan Carlos Pérez/ EL COMERCIO
Además de cubrirse la nariz y boca también es importante que se tomen medidas en casa. Martha Cando, por ejemplo, tapó su cisterna, en la que almacena el agua que utiliza para cocinar y bañarse.
Esto debido a que según las recomendaciones del Ministerio Coordinador de Seguridad no se debe ingerir líquidos contaminados con ceniza. “Todos los tachos tienen tapa y trato de comprar agua en botellones para tomar y así evitar que al hervirla se contamine de ceniza”.
Para las lavadoras de vehículos, en cambio, la caída de ceniza ha sido beneficiosa para sus negocios porque los clientes han aumentado.
Javier Suárez tiene una lavadora en la vía Alóag – Santo Domingo. Él afirma que antes de la ceniza tenía 20 clientes en el día, pero la cifra subió a 45 y 50. “En la mañana y al mediodía llegan las personas con los carros llenos de ceniza. Los lavan para evitar que la pintura se dañe”.
El temor por el daño que pueda generar la ceniza ha hecho que los propietarios de autos laven más sus autos. Foto: Juan Carlos Pérez/ EL COMERCIO
Según el boletín de prensa N° 59, publicado este 13 de septiembre de 2015 por el Ministerio Coordinador de Seguridad, el nivel de actividad interna del Cotopaxi es moderada, mientras que la actividad superficial es baja. No se ha reportado caída de ceniza este día.