Alcantarillado sanitario y pluvial es deficiente en siete cantones

La conexión del alcantarillado sanitario en La Concordia está retrasada por inconvenientes técnicos. Foto: Cortesía

El informe sobre gestión de agua potable y saneamiento fue recientemente publicado. Los datos, levantados en el año 2020, revelan que los cantones con falencias en esos servicios son El Empalme, Alfredo Baquerizo Moreno e Isidro Ayora, en Guayas; Pichincha, en Manabí; La Concordia, en Santo Domingo de los Tsáchilas; Rioverde, en Esmeraldas; y Baba, en la provincia de Los Ríos.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), estos siete Municipios declararon que no tienen ningún tipo de alcantarillado (sanitario, pluvial ni combinado). Otros 41 reportaron no tener alcantarillado sanitario y 136 no tienen alcantarillado combinado (sanitario y pluvial).

Desde el Banco de Desarrollo del Ecuador se informó que en la última década se han realizado desembolsos en los siete cantones para saneamiento.

La Concordia, a 20 minutos de Santo Domingo de los Colorados, tiene graves problemas para la dotación de esos servicios.

En el sector 5 de La Nueva Concordia debieron aprender algunas técnicas de la ingeniería civil para no dejarse agobiar por la contaminación resultante de las materias fecales que salen de los hogares. Los vecinos construyeron pozos sépticos para depositar las aguas servidas, ante la falta de una red pública de alcantarillado sanitario. Esta obra ha sido esperada por años desde que La Concordia fuera fundada, hace un poco más de un cuarto de siglo, y tras convertirse en cantón de la provincia tsáchila, en 2012.

Manuel Zambrano, habitante desde hace 25 años, ya no construye los pozos, sino que se limita a dar mantenimiento y buscar nuevos espacios.

El pozo que está en el patio de su vivienda lleva dos décadas en funcionamiento y ahora se parece a un aljibe. Tiene tres huecos, uno de los cuales emplea para las descargas que provienen del sanitario, ubicado a 10 metros.

Mónica Rodríguez dice que ya no hay malos olores, como hace 15 años, cuando no sabían tratar esas aguas. Ella utiliza filtros y químicos para que se acelere la degradación y lo mismo hacen los demás vecinos. Bajo tierra y en época de lluvia, el proceso no se conseguía con facilidad y el ambiente se ponía enrarecido. Ese pasado ha ido desvaneciéndose por las iniciativas de sus habitantes.

En la zona urbana de La Concordia, que es el segundo cantón de la provincia tsáchila, en el 76,34% de las 7 194 casas se vierten las aguas residuales hacia pozos sépticos, según el Plan de Ordenamiento Territorial.

En el 3,82% lo hacen en pozos ciegos, letrinas, quebradas y ríos. Y hay un 7% que, si bien sigue atado a viejas tuberías de lo que fuera una red pública con material de asbesto cemento, no funciona.

Hace 18 años, La Concordia tuvo ese sistema de alcantarillado, que se construyó para los nueve principales barrios de entonces.

En ese tiempo se extendieron redes para beneficiar a 11 000 habitantes de los sitios San Rafael, San José, Santa Rosa, 12 de Octubre, 10 de Agosto, Los Almendros, Santa Ana, San Juan y Virgen de El Cisne. Hoy el cantón tiene 52 571 pobladores. Las antiguas redes están inservibles y de vez en cuando por ahí salen las aguas servidas a las calles. Con las lluvias de invierno de estas últimas semanas, estos problemas surgieron y avivaron una nueva crítica contra las autoridades municipales, porque el anuncio del plan integral sanitario en su fase 1 no se termina.

Estos inconvenientes del alcantarillado sanitario debían ser solucionados en primera instancia el 24 de septiembre de 2019.

La fecha es recordada con angustia por Roberto Aray, quien vive hace ocho años en el barrio Emanuel, donde esperan con premura los trabajos sanitarios.

Ese 24 de septiembre se debía entregar oficialmente la construcción del alcantarillado sanitario y pluvial del cantón, cuyos trabajos empezaron en octubre de 2017, con un financiamiento no reembolsable de USD 29,1 millones.

Los recursos fueron otorgados por el Banco de Desarrollo, para cumplir con el viejo anhelo de los concordenses. Pero Aray se siente decepcionado porque las aguas lluvia y las residuales salieron a flote durante el temporal de diciembre pasado. Su casa se inundó y se quejó por los problemas que trajo la anegación.

Según el Municipio, la obra tiene un 52% de avance y está paralizada por retrasos generados por el consorcio KAVI, que lo construye, y que ahora ha dejado parada la maquinaria en las calles.

El vicealcalde y presidente de la Comisión de Fiscalización, Tulio Samaniego, dice que la obra no cumple algunos aspectos técnicos y esto no garantiza calidad.

Y así fue recibida por la actual administración municipal.

Una de esas fallas tiene que ver con las descargas hacia las plantas de tratamiento, que salen por un lado de esa infraestructura, en otras palabras había fugas.

Tampoco se construyeron acometidas domiciliarias, es decir, conductos para que las aguas que salen de las casas se conecten a la nueva red. Samaniego asegura que no pueden emitir reclamos, ya que se trata de recursos no reembolsables y el contrato se firmó entre entidades públicas.

Dentro del consorcio que construye la obra, aparecen una empresa pública y tres constructoras privadas. “Esto direccionó a que este contrato se realizara entre instituciones públicas y, como tal, gozan de privilegios”. El edil agrega que no pueden rescindir el contrato porque el consorcio no ha devengado el anticipo de USD 11,6 millones. Tampoco pueden intervenir debido a que no se ha entregado la obra parcialmente.

La falta de estas redes motivó la intervención de los asambleístas por Santo Domingo que han pedido informes al Municipio.

La legisladora Amada María Ortiz aseguró que no se ha dado respuesta a este requerimiento, por lo que analizará una comparecencia de las autoridades municipales.

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