Ecuador firmó un acuerdo de financiamiento internacional el 9 de mayo de 2023 con el banco suizo Credit Suisse. Se trató de los denominados bonos azules, emisiones de deuda destinadas a financiar proyectos relacionados con la conservación y protección de los ecosistemas marinos.
Esta alternativa fue parte de la estrategia de recompra de deuda, un canje de la deuda externa que se realiza con bonos del Estado en favor de las Islas Galápagos.
Si bien las autoridades del Gobierno celebraron este acuerdo por los beneficios económicos a largo plazo que tendrá el país, una publicación del portal digital Jacobin asegura que las garantías que recibió el Estado son “blandas” y que no garantizan que el fideicomiso se ejecute, poniendo en riesgo el control soberano de la región.
El artículo publicado por el periodista Justin Villamil afirma, a través de tres puntos, que el acuerdo no “salvará” a Galápagos.
‘Soberanía’ y ‘objetivos nebulosos’
Según el acuerdo, los fondos serán gastados por un fideicomiso especial llamado Galapagos Life Fund (GLF), dirigido por 11 directores: cinco del gobierno de Ecuador y seis externos.
La publicación considera que “la precariedad económica más la inestabilidad política” que tiene el Ecuador provoca que el mercado no sea el ideal, generando que el país deba “confiar en las buenas intenciones de un directorio” para que las acciones prometidas se cumplan.
Por otra parte, Giuseppe Di Carlo, director del Pew Bertarelli Ocean Legacy Project, considera que el fideicomiso gastará dinero en cuatro acciones: lograr una gestión eficaz, mejorar la pesca, promover el turismo sostenible y fomentar la economía azul.
Para Villamil, este acuerdo del GLF es “vago” y “se nutre de promesas confusas que protegen tanto a los emisores como a los inversores si en realidad no sucede nada”.
‘Cumplimiento Cero’
Finalmente, el portal digital basa su crítica en la tesis que “si el dinero no se destina a proyectos dignos, es poco lo que se puede hacer para detenerlo”.
Adrián Garza, analista de Moody’s señala para el artículo que, “incluso si el gasto no está alineado con la conservación o si Ecuador retira los fondos para el fideicomiso, es poco probable que los inversionistas que compraron los bonos actúen”.
Las posibilidades de éxito en el financiamiento son “inciertas“, asegura. Una acción que podría complicar el acuerdo sería que los inversionistas exijan el pago inmediato de las obligaciones.
“Los medios convencionales de recaudación de fondos no van a ser suficientes. Tiene que venir de los gobiernos, tiene que venir de las finanzas de alguna manera, necesitamos encontrar maneras de hacer que funcione”, expresó Tom O’Hara, vocero del Galapagos Conservation Trust en Londres.
Bonos azules ¿En qué consiste la operación?
En Ecuador, la economía azul es una temática abordada recientemente.
Si bien la idea de emitir los bonos para proteger las Islas Galápagos apareció en 2020, fue un año más tarde, con la ampliación de 60 000 kilómetros cuadrados en la reserva marina de la región, cuando Guillermo Lasso propuso los acercamientos formales
Tomaría un año y medio concretar los acuerdos del trato internacional hasta su firma oficial en 2023
Con el acuerdo del canje de la deuda externa por bonos nacionales, Ecuador se comprometió a asignar el financimiento recibido en recursos para la conservación marina, entre ellas, la de las Islas Galápagos.
Según detalló Pablo Arosemena, ministro de Economía y Finanzas, el país recibió una garantía del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de USD 85 millones y un seguro de riesgo político de la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional de Estados Unidos (DFC) de USD 656 millones a cambio de una parte de la deuda externa expresada en bonos.
Con este intercambio, la deuda pública internacional se redujo un 5% (USD 972 millones), bajando de USD 17 657 millones a USD 16 685 millones.
Con la inversión del banco Credit Suisse, la institución financiera se hizo cargo de alrededor de USD 1 630 millones de la deuda externa del país, USD 0.40 por cada dólar aproximadamente.
Arosemena aseguró que con el acuerdo, el pago de intereses también se reducirá, dándole un ahorro total al Estado de USD 1 126 millones.
“Este tipo de operación permite a los países mejorar su gestión de la deuda, al tiempo que impulsa la inversión en sostenibilidad ambiental y biodiversidad”, expresó el BID.
Este acuerdo es la mayor conversión de deuda pública por naturaleza que hasta el momento se haya completado en el mundo.
Recursos para Galápagos
Tras el convenio, Galápagos recibirá USD 450 millones que serán administrados por GLF.
De este monto, USD 100 millones se destinarán a un fideicomiso especial que invertirá el dinero en favor de obtener rendimientos.
USD 223 millones serán utilizados en proyectos de conservación y cuidado de los océanos en la región.
Mientras que USD 127 millones producto de los rendimientos del fideicomiso y de donaciones podrían hasta sumarste hasta 2041.
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