Un total de 62 beneficiarios del bono Joaquín Gallegos Lara reciben acompañamiento integral de docentes y estudiantes de ocho carreras de la Universidad de Cuenca. El objetivo es mejorar las condiciones de vida de la familia.
La pensión de USD 240 fue creada en el 2010 por el Ministerio de Inclusión Económica y Social para las personas en condición socioeconómica crítica, enfermedades catastróficas, menores del 14 con VIH-Sida y discapacidad severa.
En Ecuador, el año anterior 40 380 personas recibían el bono Joaquín Gallegos Lara y en este año aumentaron a 41 766. 1330 son de Azuay, 60 más que el año anterior.
¿Cómo trabajan los estudiantes universitarios en Cuenca?
El trabajo de los universitarios de los últimos ciclos empezó en el 2020, en Tarqui y Baños, dos parroquias rurales de Cuenca. Allí habitan los 62 beneficiarios, en 56 hogares.
En la primera fase participaron los estudiantes de Medicina y Psicología. El trabajo empezó con un diagnóstico integral del paciente y la familia, chequeos, controles y las terapias que necesitan.
En la segunda fase, por las necesidades identificadas, se involucró a Fonoaudiología, Estimulación Temprana, Fisioterapia, Enfermería, Gastronomía y Agronomía. Así lo explica David Acurio, director de Vinculación de esta universidad.
Con el acompañamiento a las familias aliviamos el trabajo del sistema de salud público, que tiene carencia de médicos para las visitas domiciliarias de los beneficiarios de bono Joaquín Gallegos Lara.
En Tarqui vive Dorila Berrezueta con sus hijas Martha, de 51, y Carmen, de 52, con el 95% y 87% de discapacidad intelectual. Dorila tiene 77 años y ha dedicado toda su vida a cuidar a sus hijas, que nacieron con retardo mental.
Hace algunos meses Berrezueta sufrió de parálisis facial y tiene secuelas. Llora al pensar que cada vez le queda menos fuerza para atender a sus hijas, que un día ya no estará, quién verá por ellas y que le quiten el bono Joaquín Gallegos Lara.
Según Acurio, en todos los hogares identificaron problemas estructurales de pobreza, salud y sobrecarga física y emocional de la persona cuidadora y la familia. “Dios quiera que los jóvenes (universitarios) nos sigan ayudando”, dice Berrezueta.
¿Cómo viven los beneficiarios del bono Joaquín Gallegos Lara?
Muy cerca vive Adriana Chacha, de 41 años. Tiene el 83% de discapacidad, por retraso mental. El pasado jueves, a su casa llegaron el docente de Agronomía, Andrés Arciniegas, y la estudiante, Paola Rumipulla.
Con aradora mecánica, ellos enseñaron a Jorge y Valeria Chacha, padre y hermana, a preparar el terreno para sembrar hortalizas. Lo necesitan porque viven en el campo y pueden producir sus alimentos orgánicos, explicó Rumipulla.
Para Arciniegas, los huertos ayudan a diversificar la producción y asegurar los alimentos saludables para la familia.
Aún no hay una evaluación de los resultados de los dos años del programa. Pero Camila Astudillo, médico del Centro de Salud, dice que los cambios se evidencian al ver a los pacientes mejor cuidados, en espacios adecuados y seguros.
Para este 2022, el Estado tiene proyectado invertir USD 119,6 millones en la entrega del bono Joaquín Gallegos. Para gestionar la ayuda puede encontrar información en los siguientes links.
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