El Ministerio de Inclusión Económica y Social dispuso de agua, ropa y refrigerios que se acopian en el estadio Máximo Puertas. En este lugar están concentradas las operaciones de unas 30 instituciones. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
Los servicios de Pedernales colapsaron y pusieron en aprietos a las miles de personas que llegaron al cantón para apoyar las actividades de rescate y contingencia de los afectados por el terremoto.
Los hoteles, hosterías, restaurantes y centros de abasto fueron destruidos por el movimiento telúrico de 7.8 grados a la escala de Richter, del sábado 16 de abril del 2016.
En algunas casas semidestruidas se improvisan cocinas para las tres comidas diarias. Los víveres llegan desde poblaciones aledañas como Muisne, Mompiche y El Carmen ubicados a una hora de Pedernales. Las personas piden a los dueños de casas que les cocinen para que también puedan alimentarse. La casa de Carmen Zambrano, ubicada en la avenida Jaime Roldós, se convirtió en un restaurante.
Antes del movimiento telúrico ahí funcionaba un cyber, pero ante la emergencia que vive el cantón ella decidió levantar las computadoras averiadas para colaborar. Los problemas también se presentan en el alojamiento. Las personas que llegaron a prestar su contingencia duermen en sus vehículos, en buses y en los locales que están al filo de la playa. Las familias afectadas que no fueron a los cuatro refugios se abastecen de las donaciones de víveres que entregan organismos sin fines de lucro.
Este lunes 18 de abril del 2016, por ejemplo, voluntarios de la iglesia Adventista del Ecuador proporcionaron botellas de agua y granola. Vicente Quijije, morador del sector Macías Cedeño ayer cocinó con su familia al pie de su casa que quedó destruida. Prepararon arroz con camarón luego de que un amigo le facilitara los productos. La noche anterior no merendaron y sus cuatro hijos lloraban.
Las autoridades señalaron que el suministro de alimentos está garantizado para los afectados. El Ministerio de Inclusión Económica y Social dispuso de agua, ropa y refrigerios que se acopian en el estadio Máximo Puertas. En este lugar están concentradas las operaciones de unas 30 instituciones.