Esta mañana, unos 60 policías llegaron a la parroquia cuencana de Checa. El objetivo fue resguardar la reanudación de los trabajos de construcción en la planta de agua Chulco-Soroche.
Un grupo de habitantes de esta parroquia está en contra de esta obra porque beneficiará a otras parroquias aledañas. Su argumento es que las fuentes de captación y nueva estructura están en su jurisdicción.
Por la oposición y medidas de presión la construcción se suspendió en septiembre pasado. Pero hace 10 días el Juzgado de lo Civil de Azuay emitió un dictamen para que se reanude la obra planteada por la Empresa Municipal de Telecomunicaciones y Agua Potable (Etapa).
La nueva planta representa una inversión de USD 7 millones y beneficiará a las parroquias Checa, Octavio Cordero, Llacao, Sidcay y parte de Ricaurte. Esta mañana, un grupo de pobladores estaba tomada la planta y la Policía y los contratistas intentaban ingresar en la infraestructura.