Redacción Política
La Cancillería ecuatoriana confirmó ayer la presencia del ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Jaime Bermúdez Merizalde, en el encuentro del 15 de septiembre de Cancilleres y Ministros de Defensa de la Unión Sudamericana de Naciones (Unasur).
En Unasur
A la reunión del martes, además del canciller Bermúdez, asistirán la viceministra Clemencia Forer y Paola Lugari, coordinadora de Mecanismos de Integración Regional.
También, el ministro de la Defensa, Gabriel Silva; el viceministro, Sergio Jaramillo; el Jefe del Estado Mayor, David Moreno, y el director de Asuntos Externos, Sergio Restrepo.El miércoles, el jefe de la diplomacia colombiana dijo que este encuentro será una oportunidad para continuar el acercamiento con Ecuador, “pero sin generar falsas expectativas. Nos hemos reunido en varias oportunidades y estamos precisamente buscando caminos de acercamiento. Veamos qué pasa”.
Por su parte, el canciller ecuatoriano, Fander Falconí, comentó a este Diario que aunque en la cita no se hablará sobre el restablecimiento de relaciones diplomáticas, servirá para avanzar en los logros del último encuentro de Bariloche.
No obstante, adelantó que los dos países trabajan en un acercamiento y que para fines de este mes está prevista una reunión entre los dos cancilleres, en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU).
Según el cronograma de la ONU, la asamblea se desarrollará entre el 23 y el 30 de septiembre. Allí, Ecuador y Colombia hablarán de los requisitos mínimos que Quito definió para el restablecimiento de las relaciones, luego del ataque de Angostura. La idea es comenzar a armar los primeros acuerdos.
En caso de persistir los disensos, los dos países recurrirán a la mediación de la OEA y el Centro Carter. Pero que José M. Insulza o el ex presidente (EE.UU.) Jimmy Carter sean quienes medien personalmente, dijo Falconí.
Los requisitos que exige Ecuador son cinco: resarcir los daños del ataque de Angostura; un compromiso de seguridad en la frontera; conocer la verdad de lo ocurrido el 1 de marzo de 2008; terminar la campaña de desprestigio contra autoridades ecuatorianas, y un compromiso humanitario sobre refugiados.