Ambiente consanguíneo más que de amigos. El partido Ecuador-Suiza, coincidencialmente desarrollado hoy (15 de junio), Día del Padre, alteró los modos en los que los ecuatorianos se reagrupan para ver los cotejos de la selección de Ecuador. Los grupos ya no estaban conformados por amigos, sino por familias.
En el centro comercial Mall del Sol, en el norte de Guayaquil, la escena resultaba repetitiva: padres agarrando las manos de sus hijos y, según el caso, también de sus esposas. “Qué bueno que el partido y el día funcionen como excusas para fortalecer las relaciones familiares y compartir momentos como estos (el del partido)”, opinaba Silvia Aguirre, quien también es psicóloga, y era una de las tantas esposas que festejaron al homenajeado del día. Aguirre estaba replegada frente a un televisor plasma que se instaló en el patio de comidas de este centro comercial guayaquileño.
Claudia Cedeño, a quien no le gusta el fútbol, comentaba que por este día “no podía decirle que no” a su esposo, Diego Andrade, que le había pedido ir a ver el partido en un restaurante. Así que, acompañados de sus tres hijos menores de 5 años, salieron a comer unas alitas picantes y las pasaron con cerveza, vieron el partido. Decepcionados con el segundo gol suizo, regresaron horas más tarde a casa.