Los trabajos que se dieron ayer para tratar de apagar el fuego en la reserva Cotacachi, en la provincia de Imbabura. Foto: Cortesía/ Ministerio del Ambiente.
La imagen se repite en varios rincones del Ecuador. Hectáreas de bosques arrasadas por llamas que, en algunos casos, sobrepasan la altura de los árboles de pino.
Todos, bomberos, comunidad, Fuerza Pública, voluntarios, brigadistas, intentan sofocarlos con los recursos humanos y equipamiento disponibles. Pero no siempre es suficiente. Ayer, por ejemplo, las llamas desbordaron la capacidad en Imbabura. Solo en Cotacachi ya han sido reducidas a cenizas 378 hectáreas.
Comuneros como Alejandro Flores, dirigente del sector Morochos, vio como, poco a poco, el verdor del bosque de la zona se volvió gris.
Hasta las 16:30 de ayer, el fuego avanzaba por el páramo, dentro de una de las reservas más importantes por su biodiversidad del país: la Cotacachi.
El incendio se inició el lunes y desde entonces más de 300 personas, entre guardaparques, bomberos, militares y vecinos de las comunidades indígenas de Cotacachi, luchan contra las llamas.
La falta de caminos los obligó a utilizar palas, azadones, machetes y los llamados batefuego (palo que tiene en un extremo un caucho con el que se trata de aplacar el fuego).
Los vecinos de Morochos no pudieron dormir. Apenas amaneció se autoconvocaron. 40 acudieron para colaborar con los organismos.
La mayoría de comuneros, que se dedica a actividades agrícolas, tuvo que pedir permiso en sus trabajos para tratar de salvar los páramos y el bosque. Saben que ahí nacen las fuentes que les garantizan el líquido para el consumo humano y sus cultivos. En el transcurso del día también se unieron comuneros de San Nicolás, Chilcapamba y Perafán.
Cotacachi no fue el único cantón de Imbabura perjudicado. El fuego también destruyó 756 hectáreas en Otavalo y 703 en Ibarra, que son las más perjudicadas hasta el momento.
En Azuay, la situación apenas fue mejor. Al menos dos incendios se registraron en las parroquias cuencanas Quingeo y Baños, pero no adquirieron proporciones.
Las Fuerzas Armadas los vieron desde el aire, durante un sobrevuelo que permitió identificar la magnitud. También hubo un conato en el barrio Las Orquídeas, en el norte de la capital azuaya.
888,44 hectáreas se han quemado este año en Azuay. De ese total, el 79% durante septiembre. “En la primera quincena se ha quemado casi lo mismo que se suele registrar durante todo un año”, refirió Oswaldo Ramírez, jefe del Cuerpo de Bomberos de Cuenca.
Él recordó que hay un detenido que es investigado por los incendios que se registraron en el sector de Miguir entre el domingo y el lunes pasados.
El mes ha sido especialmente duro para Loja. Ayer, al menos, cuatro incendios de grandes proporciones se dieron en la provincia y seguían activos hasta el cierre de esta edición. En Pichincha, solo en Cayambe, cerca de 2 000 hectáreas fueron afectadas.
Según los bomberos y las oficinas de Gestión de Riesgos locales, en siete provincias se han quemado alrededor de
9 860 hectáreas de bosque. Los datos aún son preliminares, pues algunos no lograban apagarse.
En Bolívar, Chimborazo, Tungurahua y Cotopaxi los eventos disminuyeron, con relación a los días previos.
Fafo Gavilánez, gobernador de Bolívar, dijo ayer que lograron controlar los incendios en los sectores de Gallo Rumi y Rayopamba. Ahí se quemaron alrededor de 1 000 hectáreas de pajonales y bosques de pino.
La ayuda del Ejército y bomberos de Los Ríos y Guayas fue clave en las acciones. Una de las hipótesis de más peso que se manejan sobre la causa de los incidentes es la quema que los indígenas hacen para evitar que prolifere la maleza o para deshacerse de los residuos de las cosechas.
Aunque no se descarta también que algunos incendios hayan sido provocados de forma intencional por pirómanos. “Vamos a iniciar una campaña contra los incendios. Nuestra provincia es la más afectada por el fuego en los páramos”, refirió Gavilánez.
Mientras tanto, la mesa cinco de Seguridad del Comité de Operaciones de Emergencia de Chimborazo resolvió que en Riobamba, Guamote, Colta, Chambo y Pallatanga se realicen campañas preventivas. Además, un censo de los materiales con que cada institución de rescate cuenta.
Carlos Robalino, técnico de la Secretaría de Gestión de Riesgos local, indicó que el COE resolvió apoyar la declaración de emergencia por los incendios. Si un Municipio no logra controlar con su personal, recibirá apoyo.
“Hay pequeños incendios que son controlados por los rescatistas y si sobrepasa sus capacidades pondremos a disposición todos los recursos”.
En Cotopaxi, en cambio, los incendios continúan en Latacunga y Sigchos. Ayer un grupo de bomberos de Sigchos no logró controlar las llamas en el sector de Ramospungo.
Santiago Gutiérrez, jefe de Bomberos del cantón, comentó que en Cotopaxi se atienden entre 7 y 10 incendios cada día, durante el verano.