La secretaria ejecutiva de Alianza País, Doris Soliz, cuestionó al alcalde de Cuenca, Marcelo Cabrera, porque supuestamente “rompió” el acuerdo al que había llegado con el movimiento oficialista, para escoger a Leonardo Berrezueta como vicealcalde.
Para ella, la tensión política que existe en el país es entre dos modelos de desarrollo, el de A. País y el de las otras agrupaciones políticas.
¿Fue innecesario el boletín de prensa de AP-Azuay, en el que se decía que el alcalde Marcelo Cabrera había perdido la confianza del presidente Rafael Correa?
Los comportamientos respecto del proceso electoral, así como las designaciones de vicealcaldes, etc., no solo tienen que evaluarse políticamente sino desde lo ético, algo relevante en cualquier organización.
¿Así las evaluaciones éticas se vean como producto de decisiones verticales, como el caso de la expulsión de las dos concejalas cuencanas que dieron su voto a Cabrera para la designación de la vicealcaldesa?
¿Quién las ve así?
Son decisiones que las tomó la Secretaría Ejecutiva de Alianza País y las reafirmó el Presidente.
Todas las decisiones de Alianza País están sujetas a un régimen orgánico que tiene normas, principios y valores. Si usted entra en un club de barrio, en un condominio, tiene normas y principio que seguir. Yo analicé el Código de Ética de EL COMERCIO, que tiene principios y valores muy interesantes, también tiene prohibiciones y sanciones. No solo la clase política sino también la sociedad tienen que discutir sobre ética, disciplina y valores. En todo caso, los incidentes de Cuenca no marcan una tendencia, pero sí son graves.
¿Por qué?
Porque esto (el apoyo a Leonardo Berrezueta para la Vicealcaldía) se resolvió en la directiva provincial, avalada por la nacional. Luego se llegó a un acuerdo con el alcalde Cabrera, quien se comprometió a respetarlo. Si de los 15 ediles de Cuenca, Alianza País tiene nueve, lo lógico y democrático era tener la Vicealcaldía. Pero todo fue un sainete. La confianza política se construye sobre diálogo y respeto. Cabrera irrespetó a Alianza País haciendo acuerdos inescrupulosos con estas dos compañeras.
¿Qué tiene Berrezueta que no tiene Ruth Caldas? Cabrera dice que al final se escogió a una vicealcaldesa de Alianza País…
Ese fue un acto de transfuguismo político. La mayoría de Alianza País decidió antes que fuera Berrezueta, por su liderazgo político y trayectoria…
¿O porque era secretario del presidente Correa?
Todos somos militantes de este proyecto. Y si quiere ponerlo así, Caldas era antes vicealcaldesa de Correa (cuando Paúl Granda fue alcalde).
¿Hubo debido proceso en la expulsión de ellas?
Claro. La Directiva Provincial se reunió de inmediato. Ese día envió su pedido de expulsión y al siguiente la Comisión Ética contactó a las dos concejalas. Solo una (Norma Illares) contestó que ya habían planteando al CNE su desafiliación.
¿Qué significa que el Presidente de la República no confíe en el alcalde Cabrera?
Alianza País le perdió la confianza. Va a ser difícil hablar con alguien que un día dice una cosa y luego cambia.
¿Pero sí le van a dejar hacer las obras en Cuenca?
No solo eso… Diferenciemos las cosas. El compromiso de la revolución ciudadana con Cuenca es visible y está en los hechos. Otra cosa es el diálogo político con Cabrera.
¿La reciente crisis en Cuenca es consecuencia también de lo que Avanza denunció, luego del 23F, que Alianza País siempre fue renuente a los acuerdos?
Con Avanza hay que evaluar los acuerdos y desacuerdos.
¿Un diálogo con ellos puede ser útil para conquistar la Asociación de Municipalidades (AME) y el Consorcio de Prefecturas (Congope)?
Las alianzas deben ser ante todo programáticas. Somos la primera fuerza política en municipios y prefecturas. No adelanto criterios. Estamos en diálogo. Por el momento la prioridad es fortalecer internamente al movimiento.
¿Y volverse partido?
No podemos perder esa esencia, los movimientos políticos deben tener características más horizontales…
Pero con el Presidente esmedio difícil ser horizontal…
El liderazgo fuerte no riñe con la horizontalidad.
En estos años, las tensiones políticas se trasladarán a las ciudades que ya no controla el Gobierno como Quito, Guayaquil, Cuenca, Machala o Portoviejo…
La tensión política es en realidad entre dos modelos de desarrollo. El que nosotros impulsamos con éxito, que es totalmente redistributivo y con claros resultados de justicia social y equidad, frente a uno que emerge en ciertos municipios que, podría decirse, son de derecha o neoconservadores, y que no acaban de plantearse con toda claridad.
¿Ustedes no confían en Mauricio Rodas?
No es un tema de confianza sino de saber cuál es la propuesta de SUMA para Quito y el desarrollo del país. Veamos qué plantea sobre lo público, los derechos ciudadanos, la equidad, para entrar en ese debate o tensión. Con Jaime Nebot, las cosas están visibles.
¿El Gobierno no va a dejar de medir a los alcaldes?
El Gobierno tiene una relación con los gobiernos locales, lo dice el Cootad. Eso es lo importante para superar la pobreza. Lo otro es un debate político sobre el modelo que plantea la derecha y que está en el plano de las fuerzas políticas.
¿Y si los planes de estos alcaldes no coinciden con las directrices de la Senplades?
Hay un marco constitucional y legal. Lo principal es el diálogo de cara a la ciudadanía.
¿Así Rodas no cante el himno como Correa quiere?
No hay que confundir la parte gubernamental y su obligación para colaborar, con el debate político que, de cara al 2017, se va intensificar. Solo así la ciudadanía juzgará a estos modelos de desarrollo.