Una misa campal por Domingo de Ramos congregó a más de 3 000 feligreses en la parroquia de María Auxiliadora, en Cuenca. Foto: Manuel Quizhpe/EL COMERCIO
Más de 3 000 fieles participaron en la misa campal de Domingo de Ramos, que se realizó este 20 de marzo en los patios de la parroquia María Auxiliadora, en Cuenca. En otras iglesias de la urbe también se cumplió con este acto religioso, con procesiones por las calles.
Previo a ceremonia litúrgica, se realizó la bendición de los ramos y una procesión por las vías aledañas al templo de María Auxiliadora. Niños, jóvenes y adultos participaron con entusiasmo, moviendo de un lado al otro las plantas y ramas de diferente tipo.
Una semana antes, en esta parroquia cuencana, se promovió la no utilización de la palma de cera que sirve para confeccionar los ramos. Como alternativa se planteó llevar plantas ornamentales y medicinales, como romero, llantén, bambú, geranio, manzanilla, toronjil, poleo…
Según Ángel López, párroco de María Auxiliadora, la idea fue evitar la deforestación. “Se sugirió traer plantas vivas para darle el sentido de vida a la celebración”. Sin embargo, la tradición también pesó, puesto que muchos asistieron con ramos de palma de cera.
Pese a operativos de control que se establecieron para evitar su venta, en las afueras de los templos de Cuenca se ofrecieron variedades de ramos. Los feligreses no dejaron de adquirir, pese a las recomendaciones previas de los sacerdotes y de las autoridades de la Comisión de Gestión Ambiental.
López sintetizó que el Domingo de Ramos es el final de la cuaresma, un tiempo fuerte de preparación para la fiesta más grande del cristianismo, como es “la pasión, muerte y resurrección del Señor”.
Las iglesias cuencanas de la Catedral La Inmaculada, de San Alfonso y Santo Domingo, entre otras, estuvieron repletas de fieles, quienes llevaban ramos en sus manos. Las procesiones se realizaron antes y en otros casos después de la misa, por las calles de la ciudad.