Más allá de las buenas intenciones y los anuncios en el discurso -con desconocimiento de las realidades y la lentitud de la burocracia- se evidencian las fallas en ciertas políticas públicas, no todas por cierto. Dos casos concretos, que fueron admitidos en Ecuadoradio en torno a la demora en la adopción de medidas, con errores y fracasos en los procesos. Se trata de los cambios anunciados en este Gobierno en dos instituciones importantes: el Banco de Fomento y la Policía Nacional y el balance hecho por el gerente de la institución, Roberto Barriga, y el ministro de Gobierno, Gustavo Jalkh. A confesión de parte, relevo de prueba. Se admite el daño que produjera la injerencia política en el banco, que debe manejarse técnicamente. En épocas recientes de campaña electoral, que han sido reiteradas, se ofertó la venta de urea subsidiada, arroz, maíz y otros productos, cuando debió dedicarse a sus tareas específicas. Por ello Barriga admitió que está poniendo la casa en orden. El saldo de los resultados es lamentable: el crédito 5-5-5 mal direccionado, pérdidas en 2007 por USD 9 millones y en 2008 por 37 millones, en contraste con 2009 que registra hasta agosto una utilidad de 14 millones.
La Policía es una institución fundamental y necesaria para una sociedad que vive en permanente zozobra por la creciente inseguridad ciudadana, que cuenta con buenos profesionales, pero también tiene de lo otro. Con unidades exitosas: Unase, Antinarcóticos, GIR, GOE, que han dado excelentes resultados en las tareas asignadas, pero en la visión global, los problemas de fondo siguen pendientes, fundamentalmente el cumplimiento del mandato constitucional de garantizar la seguridad ciudadana. El Ejecutivo prometió que en dos años se dispondría de la mejor Policía de Latinoamérica y casi en tres años los procesos están pendientes y lentos.
El problema sigue siendo estructural. Se crean necesidades logísticas sin que exista una política pública y el plan orgánico operativo funcional, con soluciones concretas. Ejemplos: se entregaron 400 camionetas en Guayaquil y no había los choferes suficientes. Se entregan nuevos radios pero se saturan las repetidoras. Firman un contrato para la selección de policías y fracasa, al punto de rescindirlo. Resultado: la humillación a la gente que busca empleo y que la desesperación le hace recurrir a este oficio, pese a que el anterior Comandante ofreció cambios y desarrollar la gestión integral cero papeles. Se declara desierto el proceso para implementar la necesaria red de conectividad, anunciado en el Plan de Seguridad Ciudadana que con tanta pompa se lanzara políticamente. El fracaso se concreta en abril de 2009 cuando el plan señala como fecha de contratación diciembre de 2008 y sigue pendiente.