El Banco Central lanzó el sistema de dinero electrónico el 24 de diciembre del 2014. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Al 31 de mayo pasado, el total captado en cuentas de dinero electrónico sumó USD 580 000, según el Banco Central del Ecuador (BCE).
La idea del sistema es que los usuarios puedan realizar pagos a través del celular sin necesidad de llevar efectivo, previo el canje de dólares físicos.
Hace un año el Gobierno propuso este mecanismo para atender al 40% de la Población Económicamente Activa que no tiene cuenta bancaria, pero el 25 de mayo pasado el sistema dio un giro.
Con resolución 064-2015-M, la Junta Monetaria y Financiera dio un plazo de 120 y 360 días para que 900 entidades financieras se sumen “obligatoriamente” al sistema de dinero electrónico como macroagentes; es decir, como sitios donde la gente puede hacer cargas o descargas en sus celulares.
El tema preocupa a la banca. César Robalino, presidente de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (ABPE), dijo que esto supone un cambio sustancial a la regulación del dinero electrónico, la cual estaba vigente desde noviembre pasado y que establecía, según entendió el sector, una participación voluntaria para todos los actores.
Robalino aclaró que la banca nunca se ha opuesto al dinero electrónico siempre y cuando sea un medio de pago.
Pero con la nueva resolución, dice, ha vuelto a renacer la preocupación de que el sistema se use para cubrir las necesidades fiscales o que se obligue a recibir en electrónico los salarios, bonos del Estado, etc.
El gremio analiza las implicaciones técnicas, económicas y legales de la norma. “El tema es que abre una puerta, que mañana se puede abusar, en especial si el Gobierno dice que va a seguir gastando y si hay limitación de obtener recursos”.
Para el BCE, la norma busca que “el dinero electrónico se preste como un servicio público en todo el sistema financiero para quienes voluntariamente decidan utilizarlo”.
Pero, según el exministro de Finanzas, Fausto Ortiz, la resolución emitida por el Banco Central buscaría incluir a más ciudadanos que tienen cuentas bancarias, lo que dista de la idea original del sistema: incluir a población no bancarizada.
Sobre el tema, el gerente del BCE, Mateo Villalba, indicó que el diseño original del sistema siempre fue abierto para todas las personas que tengan un celular y no solo para aquellas no bancarizadas.
Villalba reconoció que la primera observación que hizo cuando conoció la resolución fue que era desatinado el uso de la palabra “obligatorio”, pero dijo que la Junta aclaró que esta obligatoriedad solo es para los bancos en el momento de prestar el servicio y no para la gente.“Si un usuario no quiere dinero electrónico no habrá nadie que le obligue a hacerlo, la ley no lo permite”.
“Los no bancarizados podrán hacer cargas y descargas en las ventanillas de la banca y encontrarán un incentivo adicional para bancarizarse”.
También calificó de ridícula la aseveración de que podría usarse este esquema para financiar al Fisco, ya que el sistema llegará a cuatro millones de usuarios esperados en su fase de mayor desarrollo (en cinco años) y tendrá un máximo de USD 20 por cuenta; es decir, USD 80 millones en total.
Pero este plan no ha tenido la acogida esperada. Aunque el saldo en cuentas de de dinero electrónico supera el USD
500 000, las transacciones mensuales son mínimas.
Entre el 27 de febrero y el 24 de abril pasados se transaron en dinero electrónico apenas USD 20 438 y en lo que va de junio USD 30 600. Hasta ahora hay 39 000 cuentas abiertas, montos aún pequeños frente a la meta del programa de este año: USD 10 millones en pagos y medio millón de ecuatorianos.
El Central aclaró que no se obligará a cumplir cupos de estas transacciones a los bancos, sino que estos “dependerán estrictamente de las solicitudes voluntarias que reciban de la ciudadanía”.
Para el exministro de Finanzas, Diego Borja, el problema es de confianza. “Hoy se incorpora a todo el sistema bancario como macroagentes, pero si el Central no tuviera mañana el dinero para cambiar el electrónico por físico eso va a minar el sistema, por lo que más allá de la obligatoriedad la clave es que el Central cuente con la capacidad para generar confianza en todos los actores”.
Villalba insistió en que el dinero electrónico está totalmente respaldado. “Es del 100% y no con cualquier activo líquido, sino con aquellos que se consideran en las reservas internacionales, por ejemplo, billetes y monedas en efectivo disponibles en bóvedas, depósitos internacionales a la vista, etc.”. El BCE dijo que asumirá los costos de la transacción para todos los macroagentes.
En contexto
Actualmente hay ocho bancos y otras 62 entidades financieras que trabajan con dinero electrónico. Hoy deberán incluirse obligatoriamente las 900 entidades financieras, entre bancos, cooperativas, etc. La Junta de Regulación puso un plazo de entre 120 y 360 días.