Reds. Santo Domingo y Machala
Tráileres cargados con plátano barraganete (guineo) circulan a diario por la vía que une Santo Domingo y El Carmen (Manabí), con los puertos marítimos.
En esta zona existen 6 000 productores de esta clase de plátano. Los pequeños finqueros que tienen desde una a 20 hectáreas sacan el barraganete en camionetas de mediana capacidad. La mayoría las ha adquirido precisamente para el traslado.
Segundo Ortiz es un finquero. Él comenta que cuando su camioneta se daña alquila el automotor de algún vecino. Esto es común entre los pequeños productores, incluso han establecido una tarifa. Cobran USD 0,50 por caja.
Ellos entregan la fruta a intermediarios o a las grandes exportadoras que la llevan a los mercados de EE.UU. y de Europa.
Ángel Vergara produce 100 cajas de barraganete de primera calidad a la semana. Su finca está a un costado de la vía El Carmen – La Bramadora. Por este motivo, el tráiler de la compañía exportadora, que compra la fruta, se estaciona al filo de la carretera para cargar las cajas.
El conductor del tráiler es Walter Crespo. Él cuenta que este vehículo tiene incorporado un termoclin, un sistema que enfría el interior del contenedor. El objetivo es evitar la maduración del fruto. En un contenedor caben 1 080 cajas de cartón que contiene el barraganete, que a su vez está empacado en fundas plásticas. Los contenedores llegan directamente a los puertos de Guayaquil y de Bolívar.
Pero solo el barraganete de primera calidad se transporta de esta forma. El plátano de segunda, que se dirige a los mercados de Colombia, viaja en grandes camiones. También es empacado en cajas de cartón, aunque no están empacando en fundas.
En El Carmen se encuentra la Federación Nacional de Productores de Plátano. Está integrada por 600 socios de 11 organizaciones productoras de barraganete de todo el país.
Según el presidente de este gremio, Luciano Marquínez, semanalmente se transportan 150 000 cajas que se dirigen a los puertos marítimos ecuatorianos. Desde allí, el 80% va a EE.UU. y el 20 % va a Europa. En estos días, el precio mínimo referencial es de USD 5,53.
El barraganete de segunda clase se moviliza vía terrestre hacia el puente de Rumichaca que une Tulcán con Ipiales (Colombia). Este mercado recibe unas 100 000 cajas por semana.
El plátano de tercera clase se queda para el consumo interno. Este producto se transporta en camiones pequeños. La fruta no es empacada, sino que se transporta en racimos hasta los mercados mayoristas del país. Cada intermediario tiene su propio camión o camioneta.
Según un estudio de la Prefectura de Manabí, el 33% de la superficie cultivada con plátano se encuentra en la provincia de Manabí (especialmente en El Carmen donde tradicionalmente se produce plátano barraganete), le sigue Santo Domingo con 13% y la Amazonia con 21%.
El banano se envía en cajas
Antes de llegar a los muelles de embarque, el banano es empacado en cartones corrugados, labor que se hace en la plantación. La fruta es seleccionada por su tamaño y colocada en fundas plásticas, a las que se sustrae el aire y se sella.
“Ecuador empezó a exportar en cartones a principios de 1960, luego de que se comprobó su ventaja sobre los envíos en racimos, que provocaban la proliferación de enfermedades”, indica Patricio Solano, especialista en enfermedades del banano de la Universidad de Machala. Si la fruta debe recorrer grandes distancias se la traslada bajo refrigeración.
En El Oro, el 70% de las aproximadamente 1,5 millones de cajas que se producen mensualmente salen por los muelles de Puerto Bolívar, que está a una hora y media de viaje.
Dos trasbordos para el maíz
El tráiler Kenworth que conduce Genaro Tinillo carga 900 quintales de maíz. Él transporta este producto desde el cantón Ventanas (Los Ríos). El destino de este embarque es Quito. El tiempo de recorrido por la vía Quevedo – Santo Domingo – Alóag es de siete horas.
Tinillo cuenta que los propietarios de tráileres contratan a conductores, a quienes les pagan unos USD 500 por mes, mientras que las personas que alquilan pagan USD 0,60 por quintal.
Los transportistas hacen dos o tres viajes por semana. Las rutas son desde Valencia y Quevedo hacia Quito, Carchi o Colombia.
Hasta los centros de acopio llegan los agricultores en pequeñas camionetas con capacidad para 40 quintales. El maíz llega a este lugar en sacos de yute. Ahí, los campesinos vacían los granos en amplios patios pavimentados.
Los traileros colocan plásticos o lonas en el piso y paredes de sus automotores. El propósito es que los granos de maíz no se derramen. Los granos amontonados en los patios se absorben con una especie de aspiradora gigante y cae al cajón de los tráileres.
Como paso final, Tinillo usa una larga y pesada lona para cubrir su automotor y emprender el viaje. En la misma población de Valencia está el centro de acopio de una empresa nacional que produce balanceado. Al frente de estas instalaciones se ubican decenas de conductores de camiones y tráileres. Ellos pululan por un cupo para ingresar con el cargamento de maíz.