Carla Teresa Placencio desapareció el pasado miércoles 10 de abril del 2019 en Quito. Foto: Tomada de página Desaparecidos Ecuador.
Han sido seis días sin Carla Teresa Placencia, de 13 años. Su familia la busca incesantemente desde el pasado miércoles 10 de abril del 2019, día en el que desapareció. Su madre, Carla Gabriela Muñoz, cuenta que Teresita -como llama a su hija- salió de su casa a las 12:00 de ese miércoles rumbo al colegio, ubicado en el sector la Villa Flora, en el sur de Quito. La niña caminó junto con su hermana mayor, Melissa, quien la dejó a dos cuadras del centro educativo. Fue la última vez que los familiares la vieron.
Carla Teresa, la menor de cuatro hermanas, mide cerca de un 1 metro y 60 centímetros, su cabello es oscuro, sus ojos color café y tiene contextura gruesa. El último día en el que fue vista vestía un pantalón verde con rayas blancas a los costados y una chompa blanca con franjas verdes a los lados.
Aunque la madre dice que los familiares trata de mantener la calma, ellos han recibido distintas pistas que son indagadas por las autoridades desde el domingo 14 de abril, cuatro días después de su desaparición. Están preocupados.
Ella relata que el miércoles 10 de abril su esposo fue a buscar a Carla Teresa a su colegio, donde estudiaba en jornada vespertina. Eran las 18:00, pero ella no salió. Consternados, esperaron dos horas y, al ver que no regresó, salieron a las calles a buscarla. No la encontraron.
Los padres de la pequeña decidieron acudir a la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestro (Dinased) para poner la denuncia. “Llegamos a eso de las 00:53 del jueves 11 de abril. De ahí nos dirigieron hacia la Dirección Nacional de Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen). Cuando fuimos para las instalaciones, a la 01:40, nos dijeron que no había un agente que nos pueda atender y que regresáramos a las 08:00 para ver quién nos ayudaba”, asegura la madre.
Después, dice la mujer, les asignaron una agente y se dirigieron al colegio para iniciar la investigación. Un compañero de Carla Teresa les contó que ella no ingresó al centro educativo, porque era hostigada; él decidió acompañarla. “Su amigo nos contó que sufría bullying. Nos dijo que estuvo con ella hasta las 18:00”, relata.
Muñoz dice que esa fue la última vez que vio a la agente. “Ella dijo que debía entregar su turno y que ya nos iban a asignar otro. Pero eso no pasó rápido, pues nos dijeron que ellos (los agentes) estaban en capacitación”.
La mañana del viernes, antes de que se cumplieran 48 horas desde la desaparición, la madre recibió una llamada telefónica de un joven conocido de la familia que vive en San Miguel de los Bancos, al noroccidente de Quito. “Él vio nuestra publicación en redes sociales y llamó”, dice la madre. “Nos contó que (el jueves 11) había visto a mi hija en la terminal terrestre de Carcelén a las 06:00, cuando llegó acompañada por dos hombres extranjeros que se sentaron a su lado. Notó que ella estaba cansada, con los ojos rojos, y le ofreció agua. No la reconoció hasta más tarde cuando vio publicaciones en el Facebook. Los hombres dijeron que iban a Perú”.
Los padres avisaron a las autoridades sobre la llamada “pero no había un agente que nos atienda”, afirma. La mañana de ese viernes ambos fueron a esa estación de buses interprovinciales por cuenta propia. Los padres denunciaron lo ocurrido en la Fiscalía. La preocupación aumentaba, dice la madre.
A las 23:00 del sábado 13 de abril, cuando su esposa William volvió a la terminal de Carcelén para investigar personalmente, la madre recibió un mensaje a su teléfono celular. Una mujer, quien se presentó como Grey, le envió una fotografía de Teresita. Le dijo que acompañaba a la menor. “Contó que supuestamente estaba bien y que a la mañana siguiente despertaría a mi hija para que se comunique. No nos dijo en dónde estaba y borró la foto que teníamos en el chat de WhatsApp, pero nosotros ya la habíamos guardado”, narra.
El domingo 14 de abril, recibieron otra llamada de la mujer. En ese diálogo les dijo que la pequeña se había ido. No volvió a contestar ningún mensaje.
Ese mismo día, los agentes establecieron que la llamada se hizo desde Loja, en la zona sur del Ecuador. El padre viajó hacia la provincia y hasta este martes 16 de abril William permanece en Loja para investigar qué sucedió con su hija.
La familia de la estudiante notó algo diferente en la fotografía que recibieron. “Mi hija tenía el cabello largo. En la foto lucía diferente. Se lo cortaron hasta los hombros”, describe la madre con preocupación.
Ella pide mayor acción a las autoridades para acelerar la investigación. “En Quito, no recibimos una ayuda adecuada ni de la Dinased ni la Dinapen. No nos atendieron en los momentos clave, que fueron esos dos primeros días. Si hubiese habido mayor acción, ya la podrían haber encontrado. Pero nadie sabía nada, no nos dirigían, no estaban capacitados. La alerta Emilia fue activada el sábado, a cuatro días de su desaparición”, cuenta.
La alerta Emilia es un sistema de difusión de personas desaparecidas, impulsada por el Ministerio del Interior y la Policía, después de la conmoción que causó en Ecuador el secuestro y asesinato de Emilia Benavides, de 9 años, el 20 de diciembre del 2017, en Loja.
A Carla Teresa la extrañan todos los días. Su madre la describe como una niña alegre, elocuente, amiguera, fuerte y decidida. “Mi pequeña es preciosa, por favor, necesitamos ayuda. No sabemos en dónde está. Queremos que se investigue, que regrese”.
Si usted tiene información sobre el paradero de Carla Teresa Placencia o cree haberla visto y reconoce su fotografía, puede comunicarse al 1800 DELITO (33 54 86) o al 911.