En Ambato se construye la tercera etapa del conjunto habitacional Valle Hermoso, en el sector de Macasto. Las casas en este sector tienen un costo promedio de USD 69 900. Foto: Glenda Giacometti/EL COMERCIO
La oferta inmobiliaria en la ciudad de Ambato se incrementó desde hace tres años con la construcción de proyectos habitacionales en las zonas rurales de la urbe.
Las vías nuevas y la dotación de servicios públicos en sitios como Macasto, Izamba, El Tropezón, Picaihua o Techo Propio, motivó la edificación de nuevos planes inmobiliarios.
En estos sectores se ofertan viviendas cuyos precios oscilan entre los USD 69 900 a 120 000, sobre todo en conjuntos habitacionales. Sin embargo, los interesados tienen dificultad para cubrirlos.
Quienes están en la búsqueda de una nueva casa comentan que en estos conjuntos se cobran intereses que les resulta difícil de cubrir. En promedio superan el 10% anual cuando se compra a través de créditos con instituciones bancarias y cooperativas.
Rocío Silva dice que juntó los ahorros que tenía en el banco e intentó tramitar un préstamo para adquirir una casa en el sector de Macasto. El valor de la vivienda de 110 metros cuadrados que escogió como su primera opción alcanzaba los USD 70 000, por lo que desistió de su compra.
“Los precios son elevados y máximo puedo acceder a una vivienda de USD 45 000, pero todas están por encima de los 60 000”, acotó Silva. Ella tiene ingresos de USD 450 al mes y afirma que no le alcanza para pagar las cuotas de una casa.
Para justificar los precios de las viviendas en estas zonas, los constructores destacan el acceso a los servicios de agua, energía, alcantarillado, mantenimiento vial, la seguridad y la opción de transporte público.
Luisa López también está en busca de una nueva casa en el sector de Macasto y su presupuesto máximo alcanza los USD 60 000. Pero cuenta que las casas que ha visitado cuestan más que ese valor. “En otras ciudades como Ibarra vimos casas más baratas, por eso desistimos con mi esposo de pedir un crédito para comprar aquí”.
Fernando González, constructor del conjunto Valle Hermoso (en el sector de Macasto), dice que ahora es difícil construir proyectos habitacionales a un precio asequible.
La única posibilidad para abaratar los costos de la construcción, entre un 15 y 20%, es que los cabildos destinen áreas especiales para este tipo de vivienda. “A través de alianzas público-privadas se puede hacer. El Cabildo podría adquirir terrenos a precios bajos y dotarlos de todos los servicios”, menciona González.
En Valle Hermoso están en construcción 200 casas de 110 metros cuadrados y cada una cuesta USD 69 900.
Según el constructor y experto en el sector inmobiliario de la ciudad, César Padilla, el costo promedio de una casa usada en Ambato llega a USD 35 000 y varía según el sitio. Por ello, muchos compradores prefieren estas opciones en lugar de alquirir una nueva. “Otros prefieren construir por su propia cuenta”.
Para el presidente de la Comisión de Planificación del Concejo Cantonal del Municipio de Ambato, Carlos Rivera, las solicitudes de nuevos proyectos habitacionales se redujeron un 40% en el Municipio el 2016. Pero afirma que desde este año se ha reactivado el sector poco a poco.
Menciona que los nuevos trazados de los ejes viales de Quisapincha, Picaihua e Izamba, y la construcción de las nuevas vías en el sur como Aníbal Granja, también podrían motivar a la expansión de la urbe hacia esas zonas.
Sobre los proyectos habitacionales de interés social, Rivera contó que actualmente se dialoga en el Concejo para finiquitar un plan para el año próximo.
La parroquia Izamba, en el norte de Ambato, es otra zona de expansión urbana de esta ciudad. Ahí hay cuatro conjuntos habitacionales nuevos que tienen casas en venta.
Uno de los proyectos en ejecución se llama California y comprende 56 viviendas de 135 m2 de terreno y 125 m2 de construcción. El costo bordean los USD 92 000. Al momento está en construcción la primera etapa de 10 soluciones habitacionales, pero solo cuatro se han vendido.
Carlos Córdova, dueño de este proyecto, explica que las casas se pueden pagar con el 20% de entrada y financiar el resto hasta por 15 años. Pero cuenta que los pocos interesados en estas casas desisten de por temor a endeudarse por varios años con las entidades financieras. “Los compradores dicen que no pueden endeudarse si no tienen estabilidad laboral”.