Adolfo Macías ganó los fondos concursables en el 2015, para la publicación de ‘María Angula versión punk’. Foto: EL COMERCIO
El coro del silencio fue un proyecto que buscó revalorizar y difundir la lengua de señas reconociéndola como un bien cultural del país. Para esta iniciativa, que ganó los fondos concursables para Proyectos Artísticos y Culturales del Ministerio de Cultura y Patrimonio en el 2012, la artista Paulina León recibió USD 10 000. Este monto le permitió desarrollar el trabajo con la comunidad de personas sordas de la ciudad.
El coro del silencio es uno de los proyectos que, desde el 2007, ganó los fondos concursables, una forma de mover la economía cultural en el país, que este año será remplazada por un fondo de fomento en el que emprendimientos específicos accederán a fondos de cultura reembolsables, no reembolsables o mixtos.
Ana Rodríguez, viceministra de Cultura y Patrimonio, sostiene que este año no habrá fondos concursables porque se está trabajando en un proceso de institucionalización de recursos para que estos no dependan de las voluntades políticas de los ministros de turno. “Queremos -dice Rodríguez- que no solo exista el fomento como financiación, sino como un mecanismo de protección de los mercados para que la cultura tenga condiciones adecuadas”.
Según Rodríguez, para este fondo se tiene previsto la inversión de USD 1 000 000, el mismo valor que se entregó para los fondos concursables en el 2015, en el que se beneficiaron 125 proyectos de artes aplicadas y diseño; artes escénicas y performance; artes literarias y narrativas; artes musicales y sonoras y artes plásticas y visuales.
León sostiene que los fondos concursables eran una ayuda importante que los artistas y gestores culturales recibían por parte del Ministerio, pero cree que esta entidad tiene que enfocarse en la aprobación de la Ley de Cultura. “Previo a los fondos concursables se necesita un marco de actuación consistente que permita a los actores del arte vivir de una manera más digna”.
El actor Christoph Bauman fue uno de los primeros en beneficiarse de los fondos concursables. En el 2009, su monólogo sobre ‘Hamlet’ recibió USD 10 000 para su producción y realización, que incluyó una gira por varias ciudades del país. Sin embargo, siempre ha pensado que los fondos concursables son un mecanismo reducido para crear una política cultural real. Bauman añade que los fondos no permitían que se establezcan políticas de dinamización de la cultura a mediano y largo plazos ni que se orienten políticas culturales hacia la capacitación del trabajo artístico.
Por su parte, la artista guayaquileña Larrissa Marangoni argumenta que uno de los problemas de los fondos concursables es que desde el principio fueron asignados a los artistas sin pensar en el impacto comunitario. Para Marangoni, quien ganó fondos concursables para ejecutar el proyecto Franja Arte-Comunidad, una residencia en la comuna de Puerto El Morro, ubicada en la costa del país, es importante que en el futuro, para el desarrollo de la economía cultural, el Ministerio de Cultura trabaje en conjunto con ministerios como el de Turismo o Bienestar Social.
En contraste con lo que sucede en el fomento de la economía cultural del país, el 15 de febrero el Ministerio de Cultura de Colombia anunció que en este año se invertirán USD 12, 3 millones en la financiación de proyectos artísticos.
Con estos recursos el Ministerio de Cultura apoyará a 1 677 proyectos que se postularon al Programa Nacional de Concertación Cultural de ese país, que se realizó entre julio y septiembre del año pasado.