Agosto activa la oferta de eventos culturales

La Fiesta de la Luz se realizará del 9 al 13 de agosto. Foto: Archivo / EL COMERCIO

Agosto es uno de los meses con mayor oferta de eventos culturales en la ciudad. Solo el Municipio de Quito tiene proyectado la realización de 200. En este contexto, nuevamente, se ha activado el debate sobre por qué hay una dificultad estructural para que la gestión pública responda más a políticas y procesos que a eventos enfocados en las convocatorias masivas.
Uno de esos eventos será la segunda edición de la Fiesta de la Luz, un espectáculo que, este año, es parte de la agenda del Verano de las Artes organizado por el Municipio de Quito y que en el 2016 convocó a más de un millón de personas en las calles del Centro Histórico.
Pablo Corral, secretario de Cultura del Municipio, sostiene que la programación del Verano de las Artes está pensada para convocar a un gran número de personas. “La esencia de las fiestas de Quito y del Verano de las Artes son los programas. Para el resto del año tenemos planificadas una serie de acciones más vinculadas a procesos con la comunidad”.
A la Fiesta de la Luz se sumarán los 56 eventos que se presentarán en la Villa de las Artes y que se realizará en el Itchimbía los fines de semana del 19 y 20 y 26 y 27 de agosto; la programación de Quito Tiene Teatro que este año presentará 34 obras; la celebración del Encuentro de Parroquias Rurales que se desarrollará en Atahualpa el 5 y 6 de agosto; y la apertura de 96 talleres de artistas en 10 barrios de la ciudad.
Javier Cevallos Perugachi, gestor cultural y parte del colectivo Quito Eterno, tiene una visión distinta de los objetivos de esta programación. Para él, la Secretaría de Cultura, al igual que el Ministerio de Cultura, responde a la lógica de crear eventos de alto impacto para levantar sus indicadores.
Para este gestor cultural la única forma de lograr un equilibrio entre la generación de eventos y procesos es que las instituciones culturales piensen más en el largo plazo. Algo que, a su criterio, se ha visto truncado por la inestabilidad de las autoridades de turno -en el Ministerio de Cultura hubo 10 ministros en 10 años-. En ese contexto “la única forma de mostrar el trabajo que se realiza -dice- es a través de la realización de un evento”.
Uno de los actos que responde a otra lógica de gestión, porque articula los esfuerzos de varios colectivos con los espacios institucionales es el Quito Tiene Teatro. Ellos eligieron las 34 obras y las 16 salas en las cuales se realizarán las presentaciones, así como la grilla de programación de la Carpa Escénica que funcionará en la Villa de las Artes.
Una de las propuestas de Quito Tiene Teatro, pensando en el largo plazo y que no fue acogida por el Municipio, fue que la gente que asista a estas presentaciones reciba descuentos en la entradas a obras que se presenten después.
Paola De la Vega, catedrática en gestión cultural de la Universidad Andina Simón Bolívar, sostiene que desde el Estado no se está pensando en la cultura como un eje transversal de la sociedad y como un campo de acción de lo público. “Como no se entiende la importancia de la cultura en la esfera pública esta se vuelve un decorado, un ancla para hacer campaña política. De ahí la lógica de hacer eventos masivos y espectaculares que causen impacto en sus indicadores”.
Al respecto Camila Restrepo, asesora del Ministerio de Cultura y Patrimonio, sostiene que con la aprobación de la Ley de Cultura se puede producir un cambio en la dinámica entre eventos y procesos porque el Ministerio ahora está dedicado a la generación de políticas con proyectos a largo plazo. “Con la creación del Sistema Nacional de Cultura -dice- se establece que el Ministerio deje de ser una institución eventista. Los encargados de gestar los eventos serán los institutos”. Restrepo añade que uno de los procesos más importantes será la implementación del Plan Nacional de Lectura.
Alas actividades de agosto se suma la realización de la segunda edición del Verano del MET, en el Centro Cultural Metropolitano. Esta iniciativa tiene como propósito vincular a los jóvenes con la oferta cultural de este espacio, en el que funciona el Museo Alberto Mena Caamaño. El sábado se realizarán los últimos recorridos musicalizados, con la participación de un rapero y un music box. También, habrá conciertos acústicos en la terraza del Centro Cultural.