Redacción Guayaquil
Desde hace casi 10 años, uno de los referentes de la danza árabe en Guayaquil y en buena parte del país es Neme Quintero Touma. Descendiente de palestinos, en 1999 inauguró Danzárabe, una escuela profesional ubicada en el norte de la ciudad.
Ella explica que la enseñanza va de la mano del aprendizaje de lo cultural. Es una danza que está entre las más antiguas. “No se trata de ponerse un traje de dos piezas y caderines, y mover las caderas y las manos”.
Cada paso tiene su significado, cada ritmo su forma y su vestimenta. Se trata de un baile que es común en más de 20 países y en cada uno hay el que pudiera ser considerado como danza folclórica. “Eso hay que saber. Es una cuestión de respeto”.
Por ejemplo, el saudi, de Arabia Saudita, se baila con un traje determinado y tiene pasos específicos. Hay el dabque, tradicional en Palestina, Líbano y Siria, que se baila con una túnica.
“Además sus movimientos no tienen connotaciones sexuales. No se sale a provocar al público. Por ejemplo, la danza de los siete velos es un mito. No existe”.
Al final de cada curso, las alumnas deben superar un examen práctico y otro teórico.
Neme Quintero reconoce que hay un creciente interés por aprender sobre la cultura oriental y, en particular, la árabe. Lo que ocurre con su escuela es un ejemplo. Cuando iniciaron fueron 8 alumnas y en el 2003 llegaron a 90 y, ahora, son 300.
La Internet puede ser positiva si se toma en cuenta la difusión y negativa, si cualquier persona, sin conocimientos, dice a quienes lo ven en la red que practica o enseña danza árabe.
Otro hecho que ha influido son los shows que la escuela hace cada año. Para ello, los trajes y accesorios se los confecciona, bajo pedido, en Palestina.