Imagen referencial. En el país existen 330 893 cuentas de ahorros de niños menores de 15 años; esto es el 2,14% de todas las cuentas del sistema financiero, de acuerdo con los últimos datos del Banco Central del Ecuador (BCE). Foto: Archivo / EL COMERCIO
El ahorro es un hábito que se cultiva con la práctica y constancia. Aunque no hay una edad ideal, algunos especialistas en educación financiera sugieren comenzar a enseñar este hábito a los niños entre los 5 y 7 años.
“Es importante enseñar a los niños a ahorrar con el fin de alcanzar una meta, así entienden la importancia del dinero y valoran más los recursos, saben que no pueden gastar en cualquier cosa”, dice Guillermo Granja, docente experto en finanzas personales de la Universidad Ecotec.
La alternativa más común para enseñar a los niños a ahorrar es darles una alcancía, pero en Ecuador hay padres que optaron por hacer que sus hijos aprendan este hábito a través de cuentas de ahorro en bancos.
En el país existen 330 893 cuentas de ahorros de niños menores de 15 años; esto es el 2,14% de todas las cuentas del sistema financiero, de acuerdo con los últimos datos del Banco Central del Ecuador (BCE).
El número de cuentas en este rango de edad es pequeño, pero si se compara con el 2015, creció un 30%.
Hace dos años y medio, Martha Bolaños decidió abrir una cuenta de ahorros en Mutualista Pichincha para su hijo Evan que ahora tiene cinco años. “Evan es nuestro único hijo, por eso con mi esposo quisimos comenzar a ahorrar para él, para que tenga un futuro sin limitaciones y que con ese dinero él pueda decidir de grande qué estudiar”.
Mensualmente el banco debita una cantidad de la cuenta de Bolaños que va la cuenta de su hijo. Evan está aprendiendo a ahorrar en una alcancía que le regalaron y también sabe que tiene una cuenta en un banco, aunque aún no la usa él directamente. “De grande voy a ser arquitecto”, dice. En Mutualista Pichincha el 30% de las cuentas de ahorro son de menores de edad.
Granja explica que hasta los 12 años es ideal que las cuentas sean manejadas por los padres. Más adelante es aconsejable involucrar a los hijos en el proceso de ser un cuentahorrista. “Así aprenden a usar la tarjeta de débito y hacen transacciones por su cuenta. Es importante que previamente reciban educación financiera por parte de los padres”, añade el docente.
En Banco Bolivariano, por ejemplo, los niños y adolescentes pueden hacer uso de tarjetas de débito con un cupo mensual asignado por el representante. El padre puede realizar retiros en la cuenta del niño sin presencia de él, pero el niño o joven no puede hacerlo sin su representante. En esta entidad, las cuentas para niños y adolescentes representan el 8% de todas las cuentas de ahorro.
Los padres que abren este tipo de cuentas lo hacen con planes de ahorro programado pues buscan generar la disciplina de ahorro en los hijos.
Ignacio Maldonado, vicepresidente ejecutivo de negocios de Banco Pichincha, detalla que las cuentas de ahorro de niños y adolescentes reciben principalmente transferencias y depósitos de sus padres, “los retiros se dan en menor escala”, cuenta.
En 2019, en Banco Pichincha se abrieron 21 000 cuentas en este segmento. En ese año los depósitos llegaron a USD 1,3 millones. Maldonado cuenta que el saldo promedio de las cuentas es de USD 470.
Marco Rodríguez, asesor legal de la Asociación de Bancos Privados (Asobanca), explica que no existe una normativa especial que regule la creación de cuentas de ahorro para menores de edad en bancos.
“Se trata de productos financieros que son administrados por mayores de edad, es decir, los padres, porque en Ecuador los menores de edad no pueden contraer por sí solos obligaciones”, menciona. De ahí que los requisitos para abrir las cuentas suelen ser los mismos que para una cuenta de ahorro tradicional.
Algunos bancos ofrecen incentivos al ahorro, porque buscan atraer a más clientes a este tipo de servicio.
En Produbanco, grupo Promerica, por ejemplo, se desarrolló una cuenta digital para niños y jóvenes que se abre totalmente a través de canales digitales. Con esta cuenta, el niño puede, a través de una ‘app’, cumplir misiones para ser recompensado, consultar el movimiento de su cuenta, crear metas de ahorro de una manera entretenida, y divertirse con las animaciones. El manejo está sujeto a la autorización y acompañamiento de un tutor adulto, explica Javier Hidalgo, vicepresidente de servicios tecnológicos de Produbanco.