Menor conectividad impacta a Cuenca

El transporte en busetas es la alternativa por la suspensión de vuelos a Guayaquil.

El transporte en busetas es la alternativa por la suspensión de vuelos a Guayaquil.

El transporte en busetas es la alternativa por la suspensión de vuelos a Guayaquil. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO 

Con la suspensión temporal de los vuelos de Tame en la ruta Cuenca-Guayaquil, la crisis del sector turístico, que empezó el 2016, se ahondó en la capital azuaya. Esta semana, el hotel y centro de convenciones Pinar del Lago fue cerrado tras 23 años de funcionamiento porque la ocupación disminuyó a cerca del 18%.

En el 2016 Cuenca recibió 760 000 visitantes, de los cuales el 30% fue extranjero, de acuerdo con datos de la Fundación Municipal de Turismo. La ocupación hotelera promedio fue del 34%, mientras que en el primer trimestre del 2017 bajó al 28%. En años anteriores superaba el 40%.

Según el presidente de la Asociación Hotelera de Azuay, Juan Pablo Vanegas, con el actual porcentaje de ocupación y una tarifa que está a la baja para atraer a los turistas “no se puede sostener ningún negocio. Se necesita un 40% para mantenerse”. Desde el año pasado, 18 hoteles fueron cerrados, están en venta o fueron rentados para otras actividades.

La actual situación económica del país, el decrecimiento turístico mundial y las obras del tranvía afectaron esta actividad. Para la directora de la Fundación Municipal de Turismo para Cuenca, Tania Sarmiento, la crisis se profundizó por la suspensión de la ruta aérea entre Cuenca y Guayaquil.

Tame dejó de operar el 15 de abril porque no había demanda ni tenían los ingresos esperados. En el comunicado remitido a la Corporación Aeroportuaria de Cuenca no establece fecha de retorno, pero la gobernadora de Azuay, María Augusta Muñoz, dice que la suspensión es de 60 días.

Vanegas señala que el turismo necesita condiciones como una adecuada conectividad aérea y terrestre.

En la actualidad, asegura Vanegas, Cuenca ya no aparece en los buscadores online de vuelos internacionales. El transporte terrestre desde Guayaquil “tampoco es una alternativa porque con las lluvias, la vía Molleturo-Naranjal (que une a ambas ciudades) registra constantes deslizamientos”.

Por ejemplo, el lunes 8 de mayo el paso estuvo cerrado por más de seis horas.

La alternativa es el transporte de pasajeros en busetas o microbuses ejecutivos. La Empresa de Movilidad de Cuenca recomendó a la Alianza de Transporte, que está legalizada para movilizar a los viajeros, que las frecuencias salgan desde el aeropuerto La Mar.

El petitorio fue enviado a la Agencia Nacional de Tránsito, pero no tienen respuesta, asegura Cristian Picón, presidente de la Alianza. Al momento, los microbuses salen desde las oficinas ubicadas en la avenida Remigio Crespo y según Picón, desde el cierre de la ruta de Tame registran un incremento del 15% de pasajeros.

En esta avenida funcionan otras cuatro empresas de turismo que movilizan a los viajeros desde y hacia Guayaquil.

El servicio aéreo en la ruta Cuenca-Guayaquil lo utilizaban los turistas extranjeros, académicos, ejecutivos y migrantes. A Sarmiento le preocupa los extranjeros porque son quienes traen recursos. “El turismo interno mueve la economía dentro del país”.

Según Sarmiento, el extranjero visita Galápagos, Guayaquil, Quito y Cuenca durante 10 días y para ahorrar tiempo se movilizan en avión. La estadounidense, Michelle Declan llegó el domingo desde Galápagos. Ella se interesó en visitar Cuenca por su patrimonio y dice que, en marzo, cuando compró los pasajes no le dijeron que no hay conectividad aérea entre Guayaquil y Cuenca. “Eso incomoda”.

Vanegas asegura que al turista no se le puede decir que solo puede viajar por vía terrestre porque pierde el interés.

Las autoridades y empresarios turísticos locales no esperaban un aumento del flujo de visitantes en este año, sino solo que se mantenga, pero con la actual situación, dice Sarmiento, “el panorama será peor”.

Los viajeros que llegan por negocios, convenciones o congresos también eran usuarios del servicio aéreo y, en promedio, se quedan dos días, según Sarmiento. “Los migrantes traen su equipaje y por seguridad es incómodo llegar a Cuenca vía terrestre”.

Adrián Mendieta visita cada año a su familia en Santa Isabel. En febrero viajó desde Nueva York y recibió su equipaje en Cuenca. “Era un viaje seguro y más rápido, porque traía más de tres maletas”.

En contexto

Los representantes de las cámaras de la Producción y universidades están preocupados por la suspensión de la conectividad aérea con Guayaquil. Las autoridades gestionarán el ingreso de otra aerolínea. El transporte terrestre también tiene dificultades.

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