Unos 200 presos se fugaron el martes 24 de enero del 2017 después de una nueva revuelta carcelaria en Brasil, ocurrida esta vez en una prisión de Sao Paulo, informaron las autoridades.
El motín se generó después de que un recluso fuera descubierto usando un teléfono celular en el penal CPP III ubicado en Bauru, en el interior de Sao Paulo, confirmó a la agencia dpa la Secretaría de Administración Penitenciaria Paulista.
“Parte de los huidos ya pudo ser recapturada”, señaló la Secretaría, sin dar más detalles. “La situación ya está controlada”, agregó.
Los presos prendieron fuego a varios colchones durante la rebelión ocurrida en la mañana, según la estatal Agencia Brasil.
El penal CPP III alberga también a varios reos en régimen semiabierto, por lo que las medidas de seguridad no son elevadas, subrayaron también las autoridades.
Más de 120 personas murieron en las primeras semanas de 2017 en sangrientas reyertas dentro de las prisiones de Brasil, la mayoría atribuida a peleas entre grupos criminales que se disputan el control del narcotráfico en el exterior.
Como una de varias medidas para hacer frente a la crisis, el Gobierno de Michel Temer autorizó recientemente el uso de las Fuerzas Armadas en las cárceles.
Organizaciones humanitarias denuncian desde hace tiempo que bandas criminales controlan los presidios brasileños, que sufren además graves problemas de hacinamiento. Las facciones del crimen organizado introducen impunemente armas y aparatos prohibidos como teléfonos celulares en las instalaciones.
Brasil tiene la cuarta mayor población carcelaria del mundo por detrás de Estados Unidos, China y Rusia. El gigante sudamericano tiene sin embargo a más de 622.000 personas encarceladas, con una tendencia al alza, en cárceles con capacidad para unos 371 000 reos.