Más conciencia, sobre derechos de niños en el Ecuador

Ismael Guamán (c) estudia en el Centro Intercultural Bilingüe Sumak Kawsay, Quito. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO

Ismael Guamán (c) estudia en el Centro Intercultural Bilingüe Sumak Kawsay, Quito. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO

Ismael Guamán (c) estudia en el Centro Intercultural Bilingüe Sumak Kawsay, Quito. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO

Aunque no lo hagan con ella, ha visto cómo los chicos a quienes sus padres envían lonchera, la presumen con aquellos que no la tienen. “Mi mami no gana bien, así que yo trabajo para ganarme mi colación”, cuenta Nancy, de 12 años.

Durante las mañanas, la chica ayuda a su madre a recoger la basura en un mercado de Quito y por las tardes estudia. Varios días de la semana también acude a la fundación D y A, donde hace sus tareas. “Así trabajo menos y me divierto”, admite. Sabe que la recreación es uno de sus derechos.

El 20 de noviembre de 1989 se aprobó la Convención de los Derechos del Niño. Este 20 de noviembre del 2019 se conmemora el 30 aniversario de este tratado, firmado por 196 países en el mundo, a través del cual se busca garantizar los derechos a la no discriminación, interés superior, supervivencia, desarrollo y respeto a opiniones de chicos.

Margarita Velasco, directora del Observatorio Social, recuerda que en 1924 se dio un paso con la Declaración de Ginebra, cuando se estableció que la población menor de 18 requiere cuidados especiales.

En este tránsito de 30 años, en Ecuador, dice Velasco, ya se ve a los chicos como sujetos de derechos -se deja a un lado lado la cosificación, aquella idea de que “solo son niños” y están en una condición menor-, incluso desde la Constitución de 1998. Eso se ratifica en el Código de la Niñez (CONA) y en la Carta Magna del 2008.

Hoy, niños ecuatorianos que conocen sus derechos, como Nancy, hablan sobre acciones que pudieran beneficiarlos. Propone una campaña sobre la importancia de la educación y el respeto. Hay que poner carteles -dice- en los mercados y centros comerciales.

No es la única en esa línea. Su derecho más importante -sostiene Nicolás, de 11- es acceder a la educación. “A través de ella un niño se puede convertir en el próximo Presidente”.

Al chico, que estudia en un colegio particular, le alarma la violencia que viven sus pares. Leyó que la Primera Guerra Mundial acabaría con todo enfrentamiento. Pero “hubo un efecto dominó y eso desencadenó más guerras”.

Historias visuales :: EL COMERCIO

4 niños de Ecuador
hablan de sus derechos

Julián Plata,
9 años

A los niños que han sido víctimas de violencia sexual, física o psicológica, les doy un mensaje: que hablen con las personas a quienes tengan confianza, que nunca callen, ante ningún tipo de abuso.

Nancy Guaylla,
12 años

He visto cómo otros niños son víctimas de maltrato, dejan los estudios por el trabajo. Para ellos propongo una campaña que hable de la importancia de que los niños estudien.

Nicolás Jiménez,
11 años

Recuerda que los niños tienen derecho a expresarse y a que se escuche su opinión. Además, a la salud y a la seguridad. Considera que se requieren leyes sólidas y equilibrio económico.

Ismael Guamán,
10 años

Pido el respeto a la integración, seguridad y protección para los niños kichwas del pueblo Puruhá y de todas las nacionalidades indígenas del país. Así como a las formas de expresión de cada uno.

Para reducir los riesgos que viven otros niños, Nicolás pide leyes más sólidas en Ecuador.

Entre sus recomendaciones, Unicef insta al Estado ecuatoriano a reformar el CONA, que está en debate, y a asignar recursos públicos suficientes.

A Ismael, de nacionalidad kichwa, le preocupa que se burlen de la forma de hablar de una de sus compañeras. “Están irrespetando sus derechos”, enfatiza. Y desea que ningún niño de su pueblo, el Puruhá, pase por lo mismo.

El bullying es otro mal que identifica Julián, de 9, en su escuela fiscal. “Que molesten y pongan apodos nos hace sentir mal”. Le duele la violencia sexual, física o psicológica, que pueden sufrir otros niños.

Joaquín González, representante de Unicef en Ecuador, indica que trabaja con el Ministerio de Educación, en programas para erradicar problemas como estos. Sus cifras advierten que uno de cada tres niños es criado con violencia y uno de cada cinco sufre bullying en sus escuelas. Además, 270 chicos, entre 5 y 19 años, se suicidaron en el 2018.

El Comité de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU, en su sesión de hace un mes, dijo estar preocupado por la violencia contra niños, adolescentes y mujeres; y los femicidios, que dejan en la orfandad a pequeños.

En 1998, Ecuador firmó la Convención, Estados Unidos, por ejemplo, no lo ha hecho.

Velasco reconoce avances en los derechos. Por ejemplo, en los años 90 la tasa de mortalidad para menores de 5 años era de 43 por cada 1 000 nacidos vivos. Hoy se encuentra en 11. Pero la desnutrición aún golpea a la cuarta parte, 24% de niños menores de 5 años. En los indígenas se duplica esa cifra.

La educación básica también cubre a casi toda la población. La media solo llega al 71% porque eso se cruza con el trabajo infantil, afirma Velasco.

Le inquieta que la cobertura de los centros de cuidado infantil sea insuficiente y que por ello niñas y adolescentes estén encargados de sus hermanos. También, que los niños indígenas sean los más vulnerables.

En contexto

La Convención sobre los Derechos del Niño entró en vigor el 2 de septiembre de 1990. Ecuador fue el primer país de Latinoamérica y el tercero en el mundo en ratificarlo. El actual Código Orgánico de la Niñez y Adolescencia ecuatoriano data del año 2003.

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